Raimundo Medina nació en 1945 en la calle de Villalobos, se educó en El Madruelo y trabajó en el sector de la automoción hasta que se incorporó a UGT, donde ejerce como secretario provincial de Hostelería, Comercio y Turismo. Desde 1983 preside su distrito, Hispanoamérica. Pero Medina es ante todo conocido por su apoyo a la unión de las 35 barriadas en la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres, que preside desde el 2000. El 6 de octubre no se presentará a los nuevos comicios porque quiere dejar paso a otras ideas. Es el adiós de un histórico.

¿Tiene mucho camino por delante la agrupación?

--Si las instituciones nos dejan y nos apoyan, sí, pero ponen trabas cada vez que proyectamos algo. El papel de la agrupación es importante como correa transmisora entre el ciudadano y la Administración. Siempre hemos querido acudir a las comisiones municipales para defender nuestras ideas, sólo con voz, sin voto. Nunca nos han llamado.

¿No oyen las instituciones al movimiento vecinal?

--Sí, pero las cuestiones suelen caer en saco roto. A veces aplican nuestras propuestas --tráfico, recuperación del edificio Embarcadero...--, y no nos lo reconocen. No valoran la agrupación y eso resta ilusión. La voz de los vecinos no tiene eco.

¿Le han presionado los partidos políticos?

--No. Somos nosotros los que presionamos para que se arreglen las deficiencias de los barrios, pero tardan mucho, años en algunos casos. En Hispanoamérica esperamos una sede desde 1984. Algunos políticos dan más importancia al tema vecinal. Eso sí, cuando llegan las elecciones se aceleran los acuerdos.

¿Hay diferencias entre barrios dentro de la agrupación vecinal por su condición social?

--Todos se miden por el mismo rasero, pero sí valoramos sus actividades. Hay asociaciones vivas y otras dormidas. Nuestra obligación es fomentar la convivencia, mirar por el bienestar de la gente... De las 35 asociaciones, funcionan más de 20. El resto deberían ser apartadas de la agrupación. No se ha hecho.

En las pasadas elecciones vecinales hubo dos listas y aún existe resquemor. ¿Prefiere consenso?

--Una lista de consenso sería bastante positiva, pero no sé si todos quieren...

Suena Salazar como candidato... ¿Que opina?

--El presidente de La Madrila ha sido uno de los promotores de la agrupación. Lo que ocurra es decisión de él y del resto de miembros.

Dicen que las asociaciones vecinales sólo organizan fiestas...

--Eso es lo que quieren transmitir quienes están en contra del movimiento vecinal, pero sólo hay una fiesta por barrio. Durante el año se realizan actividades de convivencia, cultura, deportes y formación, además de proyectos de obras y mejoras. Para ello necesitamos más ayudas y dotaciones.

¿Qué pasó con la idea de presentar una lista vecinal a los comicios municipales?

--Era alocado. Los miembros de las asociaciones vecinales podemos figurar en otras listas y dejar nuestros cargos, pero las asociaciones deben ser apolíticas.

¿Cómo ha combinado su afiliación al PSOE?

--Valorando lo que era mejor para los vecinos, no más.

¿Se ha perdido la inquietud ciudadana por estar representada, lejos ya de los orígenes de la democracia?

--Hemos perdido mucho respecto a los primeros años, pero la motivación depende del papel que juegue la junta directiva de cada barriada.

¿Cuáles son los principales problemas de la ciudad?

--El tráfico. Se necesitan más variantes y párkings.

También ha presidido la plataforma pro-Cimov. ¿Cree que seguirá funcionando?

--Hay expectativas sobre la unidad mecanizada, pero oficialmente no sabemos nada.