La redacción central de El PERIÓDICO EXTREMADURA, situada en la calle Doctor Marañón, sufrió anoche un ataque con cócteles molotov a la una de la madrugada, un hecho sin precedentes en la capital cacereña según declararon los policías que se trasladaron hasta el rotativo para investigar los hechos, que no causaron daños personales ni materiales de consideración. El líquido incendiario penetró en el hall de la redacción y provocó la extensión de las llamas desde la puerta hacia el interior, aunque la rápida actuación del servicio de seguridad evitó mayores desperfectos.

Poco antes de la una de la madrugada finalizaba la edición diaria y salía el turno de cierre de la redacción. Un guardia jurado bloqueó la puerta exterior y comenzó a realizar la ronda habitual para cerrar despachos y oficinas. Justo cuando se disponía a revisar las últimas dependencias, oyó un fuerte impacto en la puerta. "Creí que había estallado un monitor en el control de accesos y corrí hasta el hall. A medida que avanzaba veía un resplandor extraño y de pronto vi las llamas", relató poco después del suceso.

El vigilante cogió de inmediato un extintor y logró sofocar el fuego del interior del recinto, que ya había prendido la alfombra. Tomó las llaves, abrió la puerta y se topó con las llamas del exterior, que también apagó al instante. El cóctel molotov había sido lanzado con mucha fuerza contra la entrada, y, al romperse la botella, el líquido también había penetrado por las ranuras en el local. A pocos metros se localizó un segundo artefacto que, según los agentes, podría haber caído al suelo antes de estrellarse contra la puerta.

Los autores utilizaron dos botellas de cerveza de un litro, de cristal, con una mezcla de compuestos inflamables y una mecha elaborada con trozos de tela. De inmediato se trasladaron hasta el PERIÓDICO dotaciones de la Policía Local y Policía Nacional, que recogieron los cristales y estudiaron el modo en que se habían producido los hechos. "Una gamberrada es la quema de un contenedor, pero esto necesita una preparación previa. No habíamos tenido un caso así en muchos años", señalaron.

EL PERIÓDICO presentó una denuncia ante la comisaría cacereña. Operarios de Conyser se desplazaron al lugar con una cisterna para limpiar la zona, y tuvieron que utilizar un producto especial desengrasante para disolver el líquido impregnado en el pavimento.