Una mañana del pasado invierno a José Manuel, un maestro de 51 años, le cambió la vida. Una hemiplejia le paralizó parte de su cuerpo. "Salió del hospital en una silla de ruedas", recuerda su mujer Juani. Ahora ya anda ayudado por una muleta y "habla mucho mejor". "Tuve que empezar desde el principio, hasta volver a aprender a atarme los zapatos", articula con dificultad José Manuel. Su historia es una más de las muchas que se pueden escuchar en el centro que la Asociación de Discapacitados de Extremadura (Adex) tiene en el 23 de la ronda de la Pizarra, un edificio de dos plantas que fue sede de las escuelas de Las 300 y a donde José Manuel va casi todas las tardes a realizar ejercicios de rehabilitación.

"Guardedia no, Guar-de-ria-". Carmen Daza, logopeda, corrige a José María, de 39 años, que está aprendiendo a leer y a escribir en una de las habitaciones de un centro donde se prestan servicios de psicoterapia, apoyo escolar, alfabetización, logopedia, terapia ocupacional o habilidades sociales, entre otros. José María ha dado ahora el paso de aprender a leer y escribir porque "no sabes a donde ir por vergüenza". Ya ha aprendido a escribir su nombre, a firmar y con las gestiones de los profesionales del centro de Adex encontró su primer empleo: jardinero.

La integración laboral es uno de los objetivos del centro, "se les enseña a hacer un currículum, a como deben enfrentarse a una entrevista y a que aprendan a desenvolverse en el mundo laboral", explica Ana Catalán, psicóloga y miembro de un equipo de profesionales que dedican las mañanas a visitar colegios, empresas y asociaciones para dar a conocer los servicios del centro de Adex y que por las tardes atienden a los cerca de noventa usuarios de las instalaciones de ronda de la Pizarra.

El caso de José María es excepcional entre los que se atienden en el servicio de logopedia. Su situación se debe a que nunca fue escolarizado. Por lo general a la clase de audición y lenguaje acuden "personas con afasia, con dificultades para expresarse, sobre todo por ictus que les afectan a su capacidad de hablar", comenta Carmen, que destaca como "cualquier logro, por pequeño que sea, es para ellos y para mí una gran satisfacción".

Equipo joven y con ganas

Adex nació hace seis años por la inquietud de un grupo de padres y profesionales preocupados por la integración y rehabilitación de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales. Se financia con fondos de administraciones públicas y la colaboración de empresas como Mecatena y Coprado, además de aportaciones de los propios usuarios. La falta de medios que hay se suple con el trabajo y las ganas de un grupo de jóvenes profesionales.

Carlos Clemente es el director del centro. Reconoce que se necesita mayor financiación para que los profesionales puedan estar a jornada completa y eliminar las listas de espera que hay en algunos de los servicios que se prestan, "sobre todo en aquellos en los que se necesita una atención individualizada".

Uno de los objetivos de la asociación es la reforma de una parte de las instalaciones para crear un centro de empleo, donde los usuarios puedan seguir con los programas de rehabilitación y, al mismo tiempo, aspirar a un futuro laboral estable, "que se pueda hacer un trabajo de producción que redunde en ellos", destaca Clemente, que además es el profesor de las actividades deportivas que ofrece el centro.

Paqui León también realiza una doble función en el centro, es profesora de natación y en el taller de informática, donde hay dos grupos, uno de conocimientos elementales y otro más avanzado. A Antonio, que tiene 31 años, le gusta asistir a la clase de informática, "con el ordenador viajo, hago cuentas y sopas de letras". Los equipos informáticos, que a diario los utilizan más de una veintena de usuarios del centro, son de una empresa que ha renovado sus ordenadores.

Pared con Pared del aula de informática está la sala con los talleres y juegos didácticos. Alrededor de la mesa están sentados José Luis, de 18 años, Toñi, de 52, Oscar, de 28, Luismi, de 24, y Félix, de 16. "Aquí les ayudamos a fomentar su creatividad", comenta Noelia Rubio, psicopedagoga y educadora social, además reciben clase de apoyo escolar. A Luismi le están ayudando a prepararse una oposición de subalterno de la Junta y le han adaptado el temario y los test para facilitarle su aprendizaje.

A Félix lo que aprende en el centro de Adex le sirve para completar sus clases. Por la mañana acude a la Universidad Laboral y por la tarde a la ronda de la Pizarra, donde recibe clases de apoyo a la lectura, las matemáticas y asiste al taller de informática. "Me gusta y me ayuda", resume Félix, que está sentado cerca de Oscar, que por la mañana está en el centro de empleo de Novaforma y por la tarde va al centro de Adex, donde recibe clases de apoyo a la lectura y la escritura.

"Estoy muy contenta, en casa no sabía que hacer", cuenta Toñi, que a los 52 años participa en los talleres y que se ha aficionado a la pintura. A pesar de las diferencias de edades "hay muy buen ambiente en clase, se divierten y congenian bien", añade Noelia, que, junto a Carmen y Ana, dedica las mañanas a la promoción de Adex entre los colegios, "para las clases de apoyo escolar", y entre las empresas, ya han logrado que varios de los asistentes al centro encuentren un empleo.

En la planta baja de ronda de la Pizarra está el despacho de psicoterapia, el gimnasio y la sala de fisioterapia y terapia ocupacional, en la que se trabaja, principalmente, con personas que han sufrido hemiplejias. Además de los ejercicios de memoria y del trabajo de la fisioterapeuta, se enseñan tareas de la vida diaria como "aprender a vestirte, ayudarte a que seas lo más independiente posible", explica Ana. Cerca de ella está Alberto, quien sufre una mucopolisacaridosis, que hace que las articulaciones se le endurezcan. Desde hace cuatro años va casi todas las tardes al centro de Adex a realizar ejercicios y esto le ha ayudado a que "mi enfermedad no avance, antes no llegaba ni a atarme los zapatos"..

La actividad en el centro de Adex no terminará en verano, para el 1 de julio ya se proyecta el inicio de un campamento urbano, que se prolongará hasta el día 31, en las instalaciones de la ronda de la Pizarra para discapacitados de 10 a 24 años.