La gracia que este país pone a las situaciones adversas tiene su reflejo en Alzapiernas. Los cacereños han hecho la calle viral, han fotografiado cada cambio y cada escollo, han sido redactores gráficos del desembarco de la escalera, han acudido prestos a estrenar el mecanismo y han multiplicado los selfies ante semejante experiencia. Pero los más jocosos han sido los empresarios de la zona, que han grabado hasta ocho vídeos de humor y sátira, han colocado pancartas con chispa y han recopilado entre los viandantes nuevos nombres para la calle, como ‘salsipuedes’ o ‘políticos iluminados’.