El modisto más famoso de los 70, Leo Bernáldez, cofundador de la prestigiosa boutique Elpidio y Leo, confeccionó los trajes de novia más rompedores de la ciudad. Las ha casado en azul, amarillo y malva pero, sin duda, su toque más underground lo puso en una jovencita que llegó a los altares cacereños con minifalda y botas blancas de charol plastificado por encima de la rodilla. Gasas y organzas transparentes, a ras del suelo, sin cola y sin velo, plagaban las iglesias cacereñas en 1975, como aquel inolvidable, de color amarillo y lunares. O ese otro, de inspiración árabe, de gasa morada y portado por una novia que se atrevió a lucir una pañoleta cruzada en la cabeza. Años más tarde, Leo cambió y vistió a las novias con trajes de noche, en blanco o color, pero "con telas vaporosas".

Creativo y rompedor, la de Leo fue la primera boutique que en 1965 se abrió en la calle San Pedro de Alcántara, hoy convertida en el Beverly Hills cacereño. Junto a la antigua cafetería Metropol, ellas se ponían a sus pies "y se dejaban llevar por la idea de un modisto".