Liberbank mantendrá su oficina principal, actualmente ubicada en la esquina de San Pedro y Clavellinas, y acometerá obras para modernizarla en las próximas semanas. Así lo aseguraron ayer a este periódico algunos de los trabajadores del lugar, que también dicen no saber nada del futuro del edificio que alberga algunos servicios centrales de la entidad bancaria, que los trasladará al palacio de Mayoralgo, como aseguraron fuentes de la entidad a este diario, o a Toledo, donde el banco centralizará gran parte de sus actividades operativas, según recoge el diario ABC.

El traslado a la ciudad castellanomanchega supondrá también la unificación de la mayoría de los servicios centrales. Como publicó ABC, Liberbank reconoció tener "un elevado número de oficinas pequeñas, pues el 70% tienen tres empleados o menos que gestionan una media de recursos de clientes de en torno a 3,43 millones", cuando el promedio del sector asciende a los 52,5 millones. El banco reconoció entonces que, "por la tendencia del mercado y por la adecuación del modelo de negocio de banca minorista", evolucionaría a un modelo de oficinas adaptadas a los diferentes factores geográficos y socioeconómicos, lo que implicaría, a su vez, una reducción del número de sucursales.

Las consecuencias de esta decisión se vieron reflejadas en la región, en la provincia y también en la capital cacereña. El banco fruto de la fusión de Cajastur, Caja de Castilla la Mancha, Caja Cantabria y Caja Extremadura prevé deshacerse durante el presente año de 79 oficinas en Extremadura, 56 de ellas en la provincia cacereña y 11 en la capital, aunque, de todas ellas, 16 se convertirán en sucursales de autoservicio (con cajeros operativos pero sin personal contratado para atender a los clientes). La medida provocará, además, casi 200 despidos en la comunidad extremeña, como cifraron los sindicatos el pasado mayo.

Desde la integración de Caja Extremadura en Liberbank, ésta ha perdido presencia progresivamente en la capital cacereña. El Aula de Cultura, ubicada en la calle Clavellina, la explota el Obispado. Edificios como el Coliseum están sin uso y la Sala de Exposiciones del pasaje Norba se encuentra cerrada. Incluso se desligó en el 2011 del consorcio Gran Teatro y abandonó, con ello, el patrocinio de algunas míticas actividades que alberga la ciudad como el Womad. En definitiva, y desde entonces, la entidad bancaria ha abandonado parte de los patronazgos y consorcios culturales de la región y su 110 aniversario, que celebró hace solo unas semanas, pasó casi desapercibido.

Por ello se mantiene la incertidumbre del futuro del edificio de San Pedro, que, con los servicios que alberga en la actualidad (jefatura territorial, auditoría, departamento de servicios jurídicos, contabilidad, morosidad y un departamento de tesorería) mantiene desocupada la segunda planta casi al completo, la tercera y la cuarta.