El mundo del deporte no se libra de la discriminación de género. Quedó patente ayer en la Ciudad Deportiva de Cáceres, que acogió la presentación del libro Mujer, discriminación y deporte, escrito por la abogada experta en derecho deportivo, María José López, colaboradora además de este periódico.

La autora estuvo acompañada de la consejera de Cultura e Igualdad, Leire Iglesias, la directora general de Deportes, Conchi Bellorín, y la jugadora del Al-Qazeres, Clara Ramos Nascimento.

María José López ha recogido en su libro «los elementos discriminatorios que se están produciendo en el ámbito del deporte y que tiene que ver con el propio marco normativo». López puso de manifiesto que la legislación española al respecto tiene alrededor de treinta años, que no ha cambiado «absolutamente nada y que permite cosas tan estrafalarias, y que van contra el derecho laboral común, como que existan convenios colectivos sólo para chicos y no para las chicas».

El libro recoge varios ejemplos , tanto en deportes individuales como colectivos, así como el testimonio en primera persona de diez mujeres deportistas de élite que cuentan sus casos particulares.

Uno de los aspectos más sorprendentes que se producen de discriminación son «las cláusulas antiembarazos», cuenta María José López, donde los clubes, porque asegura que se da más casos en deportes de equipo como baloncesto o balonmano, equiparan los embarazos de las deportistas al dopaje, lo que supone causa de expulsión del club. López ha explicado que estas cláusulas son «nulas de pleno derecho», pero eso no evita que se produzcan.

La legislación deportiva, que data de los años 90, no resuelve el caso de los embarazos de las deportistas, porque cuando se elaboraron, según la autora, «nunca se pensó que las mujeres se quedaran embarazadas ni que fueran profesionales».

La discriminación más habitual es la laboral, donde «no hay brecha salarial porque no hay salario», en palabras de la abogada. La carencia de convenios colectivos en el ámbito del deporte femenino priva a las mujeres de «una pléyade de derechos» que les corresponderían y que sí se reconocen en el masculino. María José Lopez ha puesto el caso de «una nadadora de sincronizada, medalla olímpica, subcampeona del mundo, con veinte años de dedicación a ese deporte y nunca habían cotizado por ella». O el de Marina Ferragut, más de 200 veces internacional con la selección española de baloncesto, en la misma situación.

La consejera de Cultura e Igualdad ha hablado de que la mujer sufre discriminación «en todas las facetas de la vida». Según Leire Iglesias, «cada vez nos vanagloriamos más de los éxitos de las deportistas, que están dando la talla sobradamente, pero ni en los órganos de representación ni en la regulación encontramos esa forma de acabar con la discriminación del deporte femenino». Para Iglesias, «ya es hora de que nos ocupe eso, a diferencia de lo que dijo el otro día el presidente del Gobierno respecto de la brecha salarial, y que la normativa cambie».

Por su parte, Conchi Bellorín incide también en que «el marco jurídico tiene que cambiar y tenemos que evolucionar».