Desde esta mañana a las 7.30 horas Cáceres vuelve a tener una línea de refuerzo al campus, un trayecto que se había eliminado hace dos años y medio y que quedó integrado dentro de la línea 3 cuando se empezó a dar servicio al hospital universitario. La decisión se refrendó este jueves en el pleno de la corporación local en una moción de urgencia motivada por las imágenes de los últimos días con la aglomeración de los estudiantes en las paradas y dentro de los vehículos en horas puntas.

La nueva línea tendrá prácticamente el mismo recorrido que la 3. El alcalde, Luis Salaya, llegó a comentar el pasado miércoles que los tres vehículos se incorporaban a esta línea, aunque hay diferencias. Estos tres autobuses no llegarán hasta el hospital universitario ni saldrán de Pierre de Coubertin. Su cabecera está en la avenida de Isabel de Moctezuma, frente al palacio de Congresos, e inicia su regreso en la parada del campus en la facultad de Filosofía y Letras. Al unir su recorrido con el de la 3 se consigue que la frecuencia de paso en las paradas que comparten sea de 10 minutos en los viajes de ida y vuelta al campus.

Esta línea de refuerzo no funcionará durante toda la jornada lectiva. Solo lo hará en dos franjas horarias, en las que hay más usuarios. La primera es de las 7.30 a las 10.50 horas y la segunda desde las 11.50 a las 16.30. Los tres autobuses son de doce metros con una capacidad de 56 plazas, ya que su aforo está limitado al 60%.

El pleno aprobó por unanimidad una modificación del contrato del ayuntamiento con Subus, que tiene la concesión de la gestión del transporte. La incorporación de estos tres autobuses supone un coste de 106.000 euros, cálculo hecho para su funcionamiento entre los meses de septiembre y mayo. Son tres vehículos que habían quedado fuera de servicio y que se han acondicionado.

En el debate de la moción los portavoces de los grupos municipales del PP, Rafael Mateos, y de Ciudadanos, Raquel Preciados, cuestionaron la gestión del gobierno local socialista por las imágenes de los últimos días de aglomeraciones de jóvenes sin que pudieran respetar la distancia de seguridad impuesta por el covid.

«No han tenido planificación», le recriminó Preciados al equipo de gobierno. Mateos calificó de «despropósito lo ocurrido» y apuntó que se había jugado con la salud de los jóvenes, insistiendo en que por parte de Salaya y de su equipo no se había planificado correctamente la oferta de plazas de autobús en el regreso a las clases de los universitarios.

La réplica vino del portavoz del gobierno, Andrés Licerán, quien, tras admitir que la situación que se había producido era lamentable, entró a detallar los contactos mantenidos en las últimas semanas con la universidad, en los que se pedía una entrada más escalonada a las aulas y que no todas las clases fueran presenciales. «Improvisación ninguna», defendió Licerán ante las críticas recibidas por los grupos de oposición.

ESCENARIO DE RECAÍDA / En su intervención, Salaya cuestionó el sistema de entrada escalonada a las clases en la Uex por ser «insuficiente» y comentó que este jueves se había mantenido una reunión con el consejo de alumnos de la Uex en la que desde el gobierno se les pidió «ayuda para combatir las fiestas en los pisos» al haberse convertido en un foco de contagio del coronavirus, insistiendo en que en la ciudad se está en un escenario ante la enfermedad «de recaída de la hostia, grave, y no por castigo divino, sino porque no cumplimos con todo lo que debemos cumplir».

La modificación aprobada este jueves también incluye la incorporación de otro autobús en la línea 8, que el pasado año fue la segunda más utilizada tras la 2. Este vehículo permitirá que en determinados tramos la frecuencia pase a ser de 10 minutos (en esta línea es de 20). También estará operativo en unas franjas determinadas, desde las 7.30 a las 10.50 y desde las 12.50 a las 15.30 horas.

SIN BONOS DEL COMERCIO / Antes de debatir la moción de urgencia para incrementar la flota de autobuses, el pleno abordó la presentada por los concejales no adscritos Francisco Alcántara y Mar Díaz, pertenecientes al partido Cáceres Viva. En la misma se propone la puesta a disposición de potenciales clientes de 50.000 bonos de 20 euros cada uno para gastarlos en el comercio local. En la propuesta el ayuntamiento aporta 5 de esos 20 euros, por lo que se necesita habilitar crédito por un importe de al menos 250.000 euros.

La moción no salió adelante pese a contar con los votos de los tres ediles no adscritos, también el de Teófilo Amores, y de los grupos del PP y Cs. En circunstancias normales la suma hubiese sido de 13 votos, mayoría suficiente, pero las ausencias en la sesión la dejaron en 11, menos que los 12 que suman los concejales de los grupos del PSOE y de Unidas Podemos, que se opusieron a la moción.

En su defensa de la misma, Alcántara reiteró que el objetivo de la iniciativa es «fomentar el consumo» en el comercio local y pidió al resto de ediles que se pusieran «al lado» del autónomo y el pequeño empresario. La concejala de Economía, María Ángeles Costa, justificó el rechazo del gobierno porque en la moción no se detalla cómo se lleva a la práctica y a qué sectores iría dirigido, «no se puede aprobar sin ver sus consecuencias», indicó. Recordó que esta propuesta para que fuera ejecutiva requeriría de un expediente de modificación del presupuesto y de determinar qué partida se da de baja para incorporar la aportación del ayuntamiento. Costa indicó que esta propuesta se puede debatir en el consejo sectorial del comercio, que se reúne el lunes.