Se conoce como normativa Bolkestein, fue aprobada en 2009 y ha traído la discordia al mundo de los guías turísticos: mientras unos piden más regulación, otros sacan provecho de esta liberalización del mercado. No hay comunidad donde la prensa no recoja el malestar en el sector, una situación que se extiende a otros países. En Cáceres también ocurre: en cinco años ha pasado a tener un solo colectivo en la plaza Mayor a seis distintos con más de una veintena de guías dispuestos a atender a los visitantes que asoman por Paneras. El pasado 31 de agosto, esta tensión por captar viajeros dio lugar a un encontronazo que acabó con una denuncia en la comisaría por amenazas.

¿Pero qué está ocurriendo para que un colectivo tan pacífico ande revuelto? La Directiva Bolkestein del Parlamento Europeo ha venido a favorecer la libre circulación de los diferentes servicios entre los Estados miembros. Esto quiere decir que en la profesión de guías ya no es necesario pasar los exámenes que periódicamente convocan las distintas comunidades autónomas para obtener la acreditación oficial y poder ejercer como tal en cada región. Ahora cualquiera puede ser guía en otra comunidad, en otro país, en cualquier punto de la UE.

Al calor de esta liberalización, y al frío de la crisis, también han surgido nuevas tendencias como las visitas guiadas free tours, que además se han puesto de moda. Son empresas que no cobran por adelantado, sino cuando acaba el servicio, porque dejan el precio al criterio del cliente. Hay casos más extremos, auténticos free lance del turismo que van por sí solos sin tributar ni darse de alta, aunque en Cáceres no hay especial constancia de estas prácticas. Por cierto que esos pagos voluntarios llegan a los 10 € en grandes destinos y varían de ciudad en ciudad. En Cáceres la media se sitúa entre 5 y 6 €.

En definitiva, distintos conceptos desunidos bajo el paraguas del turismo. Distintas formas de ejercer un mismo trabajo: con un local de referencia, en plena calle, con tarifa, sin ella... Hasta las nuevas tendencias de márketing son más agresivas y algunas de estas empresas y asociaciones han contratado comerciales para poder captar turistas y mantener su competitividad. Hay malestar, hay desasosiego. Buena parte del sector clama por una regulación que reorganice la profesión.

LOS MÁS VETERANOS / El Periódico Extremadura ha hablado con los cuatro principales colectivos y empresas que trabajan en Cáceres como guías turísticos. Los más antiguos son la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Cáceres, con su tradicional local bajo la torre de la Hierba. Ofrece tres visitas diarias a 6 euros, con acceso al interior de algunos monumentos. Todos los guías son autónomos y todos han superado el examen de habilitación de la Junta de Extremadura, que exige contenidos tan diversos como historia, arte, etnografía, caza, pesca, por supuesto idiomas...

«Nosotros queremos trabajar y que otros lo hagan, la competencia está ahí, por supuesto la asumimos, lo único que rechazamos es el intrusismo y la mala praxis que a veces se produce. Nos afectan especialmente los free tours porque venden la imagen de no cobrar, aunque lo hagan al final. Nadie puede trabajar por una propina porque eso hace indigna una profesión», explica Milagros Rivas, presidenta de la asociación, con veinte años como guía.

Tampoco están conformes con los efectos de la directiva europea. «Entendemos que cualquiera pueda trabajar en cualquier lugar, reitero que estamos abiertos a la competencia, pero los guías que ejerzan en Extremadura deben tener un carnet que les avale, porque a mí no se me ocurre ir a explicar Santiago de Compostela solo con aprenderlo en una guía», afirma la presidenta, recordando que se trata de una asociación abierta a quienes quieran ejercer la profesión correctamente (ya tiene guías que han salido del último examen de la Junta). «Solo estamos cerrados a lo ilegal y lo alegal», sostiene, recordando que los autónomos de la asociación pagan un 40% en impuestos y otras obligaciones.

A Milagros tampoco le gusta la imagen que dan ahora los guías, esperando y asaltando al turista en la plaza. Ellos mismos han tenido que contratar a una comercial porque sus ventas cayeron en picado. «Pero nos dedicamos solo a lo nuestro, no recomendamos restaurantes ni hacemos otros negocios», aclara. Además, algunas comunidades ya dan los carnets de guías sin hacer exámenes. «Es necesaria una regulación que establezca unas normas mínimas para que todos trabajemos en igualdad de condiciones», subraya.

LA NUEVA EMPRESA / Por su parte, Javier Redondo abrió hace seis meses la empresa Turismo Singular en Cáceres, con sede en Gran Vía (también tiene oficinas en Trujillo). Ofrece visitas diarias de hora y media por 6 euros y nocturnas por el mismo precio con acceso a la judería, además de visitas personalizadas, en inglés o con lenguaje de signos.

Javier no duda en dar su opinión sobre el sector. «En primer lugar me gustaría subrayar que nadie trabaja gratis. Los free tours se han traducido como ‘visitas gratuitas’ pero en realidad son ‘visitas libres’, lo que quiere decir que el turista es libre para decidir cuánto dinero abona por el servicio una vez terminado. Y a mí me parece bien, del mismo modo que cuando uno va a un restaurante o a un taller mecánico nunca paga por adelantado. Muchos servicios se pagan una vez recibidos. Yo sería más partidario de ello, pero he llegado a una ciudad donde existen unas normas y he entendido que debía adaptarme», señala.

De hecho, Javier Redondo afirma que muchos turistas, además de pagar la visita por adelantado, luego ofrecen propinas a sus guías, satisfechos con el servicio. «Por todo eso entiendo que haya free tours y otras promociones, estamos en un mercado libre». Tampoco ve con malos ojos la oferta de guías que encuentra el viajero cuando llega a la plaza Mayor. «La variedad es buena, del mismo modo que siempre será mejor que haya varios restaurantes».

En cuanto a los requisitos para ejercer la profesión, desde Turismo Singular también son favorables a la liberalización que se está produciendo a raíz de la directiva europea. «Si yo finalizo la carrera de Arquitectura en la Universidad de Extremadura, no puedo pretender que para trabajar en esta región la Junta me tenga que hacer además un examen específico, y que en otra comunidad esto no ocurra. Además, el examen para guías no se convoca con frecuencia. Un titulado acaba su carrera y debe esperar a que la Junta lo haga, el último hace dos años y no hay perspectivas para el siguiente», indica Javier Redondo.

LOS HISTORIADORES / El colectivo de Guías-Historiadores de Extremadura también ofrece sus servicios en Cáceres, con visitas diurnas y otras basadas en las leyendas y curiosidades de la ciudad (ambas por 6 euros), una tercera muy completa bajo reserva con entradas incluidas a todos los monumentos (18 euros), y una nocturna por 8 euros. Todos son historiadores y entre ellos hay personas vinculadas al proyecto Primeros Pobladores de Extremadura, profesores universitarios, doctores en sus disciplinas...

Tienen opiniones unánimes respecto a la actividad de los free tours: «no nos metemos en si es legal o no, pero no la apoyamos. Un servicio debe tener un precio fijo. Lo contrario es desprofesionalizar un trabajo. Posteriormente, si el cliente considera que no ha recibido la calidad acorde con el dinero abonado por la visita, existen las hojas de reclamaciones que nosotros siempre llevamos encima», subraya uno de los guías.

En cuanto a la regulación de las titulaciones o los exámenes necesarios para ejercer este oficio, el colectivo de Guías-Historiadores de Extremadura reconoce que ni siquiera entre ellos tienen una opinión consensuada. «Por supuesto, en lo que sí estamos todos de acuerdo es en la necesidad de ofrecer calidad al turista, y para ello resulta necesario que las visitas corran a cargo de personal cualificado que conozca todo lo relacionado con la ciudad: historia, arte, cultura, gastronomía...». Y un aspecto muy importante: «hay que dar un trato exquisito», matizan desde esta asociación, que además desarrolla una actividad cultural continua (debates, charlas, rutas...).

En cualquier caso, el colectivo considera especialmente necesaria la creación de un manual de buenas prácticas o documento similar, «al que todos nos deberíamos sumar para tener ciertas pautas a las que atenernos en nuestro trabajo diario».

LOS ‘FREE’ / La empresa Activa Tours programa visitas diarias en Cáceres y Mérida, y salidas a la carta por toda la región. Se trata de una firma extremeña creada hace tres años. En la capital cacereña ofrece desde hace año y medio tres recorridos distintos: dos de ellos bajo el modelo free tour (el cliente pone el precio), llamados ‘Ciudad de las tres culturas’ y ‘Linajes y leyendas’, y un tercero por 17,50 euros denominado ‘Cáceres al completo’ con entradas a los distintos monumentos, además de una degustación de productos de la tierra.

Helen Martín, responsable de la empresa, subraya que la directiva europea ha liberalizado el mercado y permite ejercer a los guías turísticos en cualquier comunidad, «del mismo modo que si abres una asesoría u otro negocio», afirma. Independientemente de ello, sostiene que su personal «está debidamente titulado y habilitado para desarrollar este trabajo». Además, recuerda que para acceder al examen de guías turísticos de la Junta de Extremadura solo se pide una licenciatura, ni siquiera unos estudios específicos.

Respecto al concepto free tour, insiste en que se utilizan mal los términos: «no se trata de recibir propinas ni donativos, sino de un trabajo que al final cobras, se hace un pago a cambio de un servicio y el cliente siempre está informado de ello. Se trata, eso sí, de un pago libre y voluntario», matiza.

Por lo demás, afirma que la empresa funciona como el resto, «con las mismas obligaciones, con todo en regla: facturas, empleados dados de alta en la Seguridad Social, tributaciones... Tenemos todo regularizado y legalizado. Precisamente como fuimos los primeros en free tour sabíamos que debíamos cuidar hasta el último detalle». Además, Helen Martín considera que de este modo «jugamos todos con las mismas reglas».