La Asociación de Vecinos Los Castellanos elaboró en junio del 2003 una larga memoria de deficiencias que sufría el barrio. La lista de males llegó al despacho de dos concejales, Manuel Rodríguez Cancho y José Luis Sánchez Sánchez, que se comprometieron en dar soluciones a los problemas del vecindario. Dos años después, ninguna de las deficiencias se ha podido borrar de momento de la lista. Estas son, agrupadas por temas, las principales demandas de la barriada:

Viales y suelo sin edificar

El colectivo denuncia el pésimo estado en el que se encuentran varias de las calles que atraviesan la urbanización. Es el caso de la calle Carlos Callejo (entrada por la rotonda de Carrefour) y Claudio Rodríguez, afectadas por el continuo paso de camiones de gran tonelaje del residencial Macondo. La calle Alejo Carpentier tiene hundidas las tapas de registro y uno de los extremos de Octavio Paz sigue sin asfaltar.

Asimismo, el colectivo reclama información sobre la titularidad de los terrenos que aún existen sin edificar dentro de la barriada, como los situados entre las calles Carlos Callejo y Alejo Carpentier o el que se encuentra en la calle Bioy Casares. Ambas parcelas muestran un gran abandono y son un foco de basuras. La propuesta vecinal es que al menos de Carlos Callejo sirva para prolongar el parque.

Señalización

Perderse por el laberinto de Castellanos es fácil, por eso la directiva de la asociación demanda la instalación de planos-callejeros a la entrada de la misma, tanto por la N-630 como por la rotonda del Carrefour. Igualmente, solicita la mejora de señalización horizontal de las calles y la instalación de señales verticales de prohibición de estacionamiento de vehículos pesados dentro del barrio y limitación de la velocidad para circular.

En cuanto al tráfico, la calle Miguel Serrano centra otra de las reivindicaciones. La asociación pide que los coches estaciones en línea en esta vía para ganar espacio y facilitar el doble sentido de la circulación que tiene. Actualmente, son muchos los vehículos que aparcan en doble fila, limitando el espacio para circular en las dos direcciones.

Pistas deportivas y sede

La mejora del vallado de las pistas deportivas o del firme de las mismas, son algunas de las deficiencias detectadas por los vecinos en este tipo de infraestructuras. Consideran que el estado de algunas dificulta el juego y provoca caídas. Además, piden el adecentamiento de la entrada a la sede social, situada junto a las pistas de deporte.

Mobiliario urbano

Con "carácter urgente", el vecindario demanda que se dote de iluminación el puente que une el barrio con la urbanización el Arco (primer puente junto a las viejas casas de los camineros). "Cuando anochece es un peligro el paso por el mismo", se asegura en la memoria de deficiencias.

En breve, el ayuntamiento subsanará esta carencia, de momento, una de las pocas que se han atendido. El consistorio ultima la dotación de iluminación con un presupuesto de 3.790 euros, según confirmó ayer a este diario el alcalde en funciones, Joaquín Rumbo de la Montaña.

´Botellón´ y minimotos

Un mal difícil de curar son los botellones que surgen de forma intermitente en varios puntos del barrio, sobre todo en las pistas de monopatines del parque y en la zona de los olivos de las traseras de la sede vecinal. Residuos y desperdicios se acumulan en ambos puntos por la celebración de estos encuentros juveniles que se pretende erradicar.

La pista de los coches teledirigidos y su utilización por las minimotos es otro de los problemas que han sido objeto de polémica. Los vecinos más próximos a estas instalaciones han denunciado en reiteradas ocasiones las molestias que causa el uso del recinto por la falta de horario y control.

Autobús urbano

Por último, la asociación propone la reestructuración de las líneas 5, 7 y 9 de autobús para mejorar el servicio de transporte público al barrio.