TPtuesto que te han nombrado candidata a la alcaldía te pones a hacer la lista de concejales que deseas que te acompañen. Hablas con "tu gente".Unos se ponen a tu disposición, otros aspiran a más. Hablas con independientes pero tal y como pintan las cosas no encuentras mucho eco. Con tu lista te presentas ante el secretario provincial que, casualmente, también tiene "su gente".Una vez formalizado un acuerdo parece todo resuelto pero resulta que en la ejecutiva local está el subdelegado del Gobierno que, mira por donde, tiene "su gente". Otra vez a negociar. En estas que la presidenta del partido recuerda que, casualidades de la vida, tiene "su gente". Y por si fuera poco también tiene "su gente" la FSP, que es mucho decir. Total que comienza la tarea de tachar, poner, subir, bajar. Y al final sale lo que debía salir, una lista que recoge "las distintas sensibilidades del partido". Porque tú no te habías acordado de que en el partido no hay intereses ni compromisos sino "sensibilidades". Y como la labor de algunos ha sido muy brillante en estos cuatro años les damos una patada hacia arriba: a la Asamblea. Claro que esta lista debe reformarse cuando las distintas agrupaciones locales envíen las suyas, de manera que muchos se quedarán fuera. ¿Y qué pasa con los que tu deseabas llevar y no van? Pues que deben saber que esto es lo mejor para el partido. Y donde esté el partido que se quiten los intereses privados y los compromisos.