Había tenido un accidente con su vehículo, por lo que se fijó la celebración de un juicio oral para conocer y probar su implicación en el mismo. Ese día estaba citado en calidad de testigo el policía que se había encargado de desarrollar el atestado policial que servirían como prueba en el juicio que ese día iba a tener lugar. Así, momentos antes de que se desarrollase la vista oral, el acusado, en actitud amenazante y agresiva, se dirigió al agente diciéndole: «chivata, maticona, ten cuidado con lo que vas a decir que vosotros sois unos hijos de puta».

Le recriminaba asimismo que los agentes que habían elaborado el atestado hubieran tenido a su esposa detenida. «Maricona, que sé dónde vives, que voy a subir con una pistola de verdad, ten cuidado a ver qué declaras. El policía se limitó a decirle que le dejara en paz y entró en el palacio de justicia (los hechos ocurrieron en Plasencia).

Volvió de nuevo a amenazarle a la entrada de la sala de vistas, en los mismos términos; refiriéndose a él como «puta chivata» y «maricona». El policía se sintió intimidado por el acusado, que ya acumulaba varias condenas anteriores. Tras esto y, ante el miedo a que en algún momento cumpliera sus amenazas, se vio obligado a cambiar de domicilio.

El juzgado le condenó primero a dos años de prisión al considerarle responsable de un delito de obstrucción a la justicia así como al pago de una multa de 2.430 euros (trece meses de multa con una cuota diaria de 6 euros). El acusado decidió recurrir la sentencia a la Audiencia Provincial de Cáceres, que acaba de confirmar el fallo. Contra el mismo no cabe ulterior recurso, por lo que la sentencia ya es firme, contra ella solo caben aclaraciones.