La cárcel cacereña recibió la semana pasada un nuevo envío extraordinario de presos extranjeros ante la saturación que padece el resto de centros penitenciarios del país. Fueron 34 internos, la mayoría rumanos y sudamericanos en situación preventiva y procedentes del centro de internamiento de Canarias que, ante su sobreocupación, se derivan a la península a la espera del juicio, según confirmaron fuentes de la dirección del centro.

Con esta remesa, la población reclusa de la cárcel de Cáceres se sitúa ya en 480 internos, un dato que para el sindicato CSI-CSIF supone rozar el nivel de riesgo por exceso de presos. "Debería tener como mucho 350 presos y desde el verano se ha aumentado un 30% la población, por lo que se ha colmado el vaso y no es buena tanta masificación. Cáceres está pagando que el Gobierno no construya más cárceles y si se sigue así, se aumentan las probabilidades de conflictividad", valora Juan Vecino, representante de los funcionarios de prisiones de la central sindical.

Desde la dirección del centro se asegura en cambio que se está en un nivel "razonable" de ocupación. No se niega que lo "deseable" es que haya menor número de internos, pero dada la masificación existente en el resto de penales, se considera que "aún no se puede hablar de saturación y mucho menos que sea alarmante. El número de internos por módulos es el adecuado". Además, se augura que en cuestión de dos o tres meses la población reclusa volverá a reducirse, ya que muchos de estos presos se tendrán que trasladar para asistir a juicios.

DESDE EL 2004 Desde la dirección se explica que la conducción extraordinaria de estos presos a Cáceres se viene realizando desde el 2004 y siempre en otoño. Aseguran que los internos de esta remesa "no son conflictivos" y que la mayoría se ha inscrito para la escuela.

En septiembre, la cárcel acogió otro envío conjunto de presos, alrededor de una treintena, para descongestionar otros centros penitenciarios españoles, lo que ya incrementó la población en unas treinta personas. Gran parte de estos internos ya no se encuentran en la prisión, según la dirección. Sin embargo, CSI-CSIF señala que con estas remesas y la escasez de plantilla, "las expectativas no son buenas".