"Me han destrozado la vida, la mía y la de mi familia. Tengo hipoteca, un hijo en la universidad,... Y ahora nadie me quiere contratar con la edad que tengo" (pronto hará 53 años). Es el testimonio de Enrique Polo, que fue despedido de Conyser, la empresa que se encarga en Cáceres de la limpieza y la recogida de residuos, tras dar un golpe a un vehículo aparcado con el camión con el que retiraban la basura. El conductor era otro compañero, que también ha sido despedido. Enrique Polo trabajaba de peón.

Sin embargo el Juzgado de lo Social Número 2 ha declarado improcedente la rescisión de su contrato, en una sentencia que ya es firme al haberla ratificado también el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx).

Los hechos ocurrieron la madrugada del 2 de noviembre del 2013, cuando los dos afectados se encontraban recogiendo la basura depositada en los contenedores de la capital cacereña. Al efectuar una maniobra marcha atrás para entrar desde Ronda del Carmen a la calle Arturo Aranguren el camión colisionó con un vehículo que estaba aparcado. Ninguno de los empleados se dio cuenta del percance. Conyser tuvo conocimiento de lo sucedido cuando el propietario del coche denunció a la empresa.

Conyser en cambio decidió expulsar a los dos trabajadores mediante un despido disciplinario, alegando habían engañado a la empresa ocultando el accidente. Según la adjudicataria del servicio de limpieza esto "constituye una transgresión de la buena fe contractual". Sin embargo tanto el juzgado de lo social como el TSJEx no han podido acreditar que los trabajadores se enteraran de la colisión. En la sentencia se hace referencia además a la declaración de un testigo presencial de los hechos, que explicó "que estaba seguro de que Enrique Polo no advirtió el accidente, ya que en el momento de producirse estaba de espaldas al camión", además --continúa-- debido al ruido que ocasionaba el camión, tampoco pudo percatarse el conductor.

Tanto el juzgado de lo social como el TSJEx han declarado improcedente ambos despidos y han obligado a Conyser a readmitir a los dos trabajadores o a indemnizarles. La empresa ha optado por esta segunda alternativa, abonándole 66.023 euros al conductor y 72.079 euros a Enrique Polo.

Se niegan a readmitirle

Precisamente el hecho de que la empresa se haya negado a readmitirle es lo que denuncia este empleado (tampoco ha readmitido al conductor despedido). Ha intentado incluso reunirse con la alcaldesa, Elena Nevado, o con alguno de los miembros del equipo de gobierno, para solicitarles que mediaran con Conyser. "No se han querido reunir conmigo", critica Enrique Polo.

Envió también una carta al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, explicándole lo ocurrido. Vara le contestó diciéndole que trasladarían el asunto al Ayuntamiento de Cáceres, al tratarse de una empresa que presta sus servicios en la capital cacereña. "Ni en los peores sueños habría imaginado que iba a sucederme esto", señala Enrique Polo, que no encuentra explicación a que Conyser, el lugar donde ha desarrollado toda su carrera profesional, no quiera volver a contar con él en su plantilla.

Este diario contactó ayer con Conyser para preguntar sobre este asunto, pero no respondió.