La prohibición de introducir bebidas en el recinto ha agudizado la picaresca de más de un joven durante el fin de semana, pero era difícil escapar a los tres controles establecidos por la organización antes de acceder al hípico. "Pedimos a la gente que abra las mochilas, y a algunos les hemos descubierto botellas incluso dentro del pantalón", relataba ayer un vigilante privado señalando la última litrona de cerveza incautada a un joven. En general, el público colaboró con las normas del festival.