La lluvia obliga a suspender los dos primeros desfiles de la Semana Santa cacereña: la procesión de Mejostilla, que este año por primera vez en su historia iba a adentrarse en la ciudad monumental, y la del Vivero. Los cofrades pasaron todo el día pendientes del cielo y de los datos de la Asociación Española de Meteorología (Aemet), pero finalmente no hubo suerte, la lluvia no dio tregua y ambas cofradías decidieron no salir en procesión para proteger a sus imágenes del agua.

Esperaron más de hora y media, pero finalmente la hermandad Dominicana de Mejostilla se rindió a la lluvia y a las 19.30 horas hizo pública la suspensión del desfile del Santísimo Cristo de la Victoria, adornado desde por la mañana con claveles rojos y flores moradas y blancas. Fue un mazazo para todos los hermanos, que este año tenían la ilusión de lucirse por primera vez por el casco histórico ya que el recorrido previsto llegaba hasta la plaza Mayor, Arco de la Estrella y Santa María --la procesión se ha celebrado siempre por calles del entorno del barrio de Mejostilla--. Cabe recordar que el día en que se estrenó esta cofradía en La Pasión cacereña, en el año 2010, tampoco pudo salir por la lluvia.

Tras suspender el desfile, la hermandad decidió realizar un Vía Crucis en el interior del templo parroquial de San Juan Macías, y permitir la entrada de la banda para que tocara frente a la imagen.

La cofradía del Dulce Nombre tampoco pudo sacar en procesión a Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su Prendimiento por las calles del Vivero y Cabezarrubia. Tenía que haber salido de la parroquia Beato Marcelo Spínola a las 20.00 horas pero la incesante lluvia lo impidió. La joven hermandad procesiona en Cáceres desde hace cinco años y ésta ha sido la primera vez que se ve obligada a quedarse dentro del templo por las condiciones meteorológicas. "Estamos decepcionados. Hemos esperado hasta el final pero no ha podido ser", dijo a este diario el hermano mayor, Paco Roncero. La cofradía decidió dejar abierto el templo hasta por la noche para que los fieles pudieran visitar a Nuestro Padre Jesús de la Humildad, que lucía claveles rojos y un manto morado.