Las fuertes lluvias del viernes volvieron a causar problemas en la parte baja del R-66. La unifamiliar situada entre las calles Islas Cíes y Sicilia comenzó a inundarse con aguas fecales que brotaban de los sumideros del garaje hasta alcanzar una cuarta. "Ya nos ha ocurrido cinco veces y esto entraña un claro riesgo de infección, además de los daños físico", relataba ayer el propietario, Vicente Tato, que se plantea iniciar acciones judiciales.

"En junio se inundaron medio centenar de viviendas y la gente tiene miedo. Ya hemos transmitido el problema al ayuntamiento por carta y directamente. Esperamos que las obras sean efectivas", dijo ayer el presidente vecinal, José Carlos Castiñeira, que también pide soluciones al problema de los grandes árboles del polígono (plátanos orientales), debido a la suciedad que generan y que tapa los tragantes.

Por su parte, el edil de Obras, Joaquín Rumbo, recordó ayer "el complejo trabajo que se está realizando en la zona con unos doce operarios, para acabar con un problema que no nos corresponde. El colector es el adecuado, está bien diseñado, pero más tarde se construyeron casas por debajo del nivel". Los técnicos ya han ampliado la salida de este colector al general de la ronda norte, bajarán aún más el nivel, introducirán otro colector paralelo para repartir las aguas en la zona baja del barrio y abrirán aliviaderos hacia el campo. También cambiarán las confluencias de la red en forma de cruz por tubos paralelos para rebajar la presión en estos puntos.