"Cáceres es una ciudad pequeña y tiene carencias, pero precisamente por eso, y porque nosotros pertenecemos a ella, estamos aquí poniendo nuestro granito de arena". Así lo explican Toño Pérez y Jose Polo, propietarios del hotel Atrio Relais & Chateaux, un cinco estrellas cuya cocina está reconocida con otras dos estrellas Michelín, y cuya bodega ha engrosado las listas de las mejores de España, de Europa, del mundo... Ambos aman la ciudad y se deshacen en elogios al casco histórico, hasta tal punto que el concepto de Cáceres ya está ligado inseparablemente a su cocina y a su forma de trabajo.

"Creemos que la ciudad es muy especial, que podría alcanzar niveles altísimos de desarrollo en el ámbito cultural, lo que ocurre es que hasta ahora no ha habido una visión clara de planteamiento futuro, y queremos formar parte de ese proyecto, de la responsabilidad de trabajar por ello", explican. "Porque no serviría de nada quejarse de los problemas y luego irse, que es lo fácil. Hay que luchar", agregan convencidos.

Además, afirman que su trabajo "pertenece a la ciudad" y es en ella donde encuentra su significado, comenzando por el hotel, rehabilitado por los arquitectos Tuñón y Mansilla. "Tiene sentido tal y como es dentro del casco histórico, con ese diálogo de pasado y de futuro que al final guía nuestra cocina y nuestra filosofía de negocio y de vida".

Sus huéspedes suelen decir que Cáceres es una ciudad "realmente impactante", sobre todo vivida desde un hotel tan singular, con vistas a torres y palacios. "La gente se queda absolutamente impresionada", señalan. Además, el nuevo Atrio Relais & Chateaux atrae a una clientela que no se prodigaba por esta ciudad y que se muestra tan fascinada con la estancia que repite experiencia. "Tenemos un altísimo número de clientes que vuelven", revelan. Curiosamente, muchos traen entre sus prioridades la visita al centro Helga de Alvear.