EDAD 54 AÑOS

NACIMIENTO CACERES

PROFESION TAXIDERMISTA

AFICIONES VELA Y CAZA

TRAYECTORIA LLEVA LIGADO AL SECTOR 40 AÑOS Y LE VIENE DE FAMILIA

Lorenzo Campón Tamayo es uno de los pocos taxidermistas de la región, una profesión casi olvidada. Se dedica a ello "desde que tenía uso de razón" y se ha convertido en un gran profesional de la materia, por ello recibe encargos de todo el mundo.

--No es una profesión muy común, ¿de dónde le viene su pasión por este trabajo?

--Mi padre fue el primero de la familia, ha sido el que me lo ha enseñado todo. Me dedico a la taxidermia desde muy pequeñito, y llevo 40 años en la profesión. Ahora son mis hijas las que continúan la tradición.

--¿Es usted el único taxidermista en la ciudad?

--Aquí en Cáceres sólo estamos mi hermano y yo de forma legal, pero ilegales hay muchísimos, y éstos son los que se dedican a las especies en extinción. Yo estoy intentando crear una escuela de taxidermia.

--¿Qué tipo de clientes tiene?

--Viene gente de todo el mundo: Canadá, Africa, Centroeuropa..., y en una ocasión incluso preparamos unas avutardas para los reyes de Bélgica.

--¿Cuál ha sido el encargo más laborioso o anecdótico?

--En mis 40 años de profesión he hecho de todo. Mi último trabajo ha sido un oso enorme. El próximo es un elefante, algo que supone un gran reto para mí, pues resultará problemático, en primer lugar porque tiene que ser desarmable para poder transportarlo.

--¿Es un negocio rentable?

--Es tradición familiar y vocación. En el último oso tardé un mes, dedicándole entre 14 o 15 horas diarias, y el precio no equivale en absoluto al trabajo realizado. Me dedico a esto, sobre todo, porque me gusta.