Las nuevas generaciones son la garantía de continuidad de la Semana Santa en las calles, y ánimos no faltan. Daniel, de 13 años, ya ha cargado en dos ocasiones con el paso de Jesús de la Entrega y su madre le está poniendo a punto la túnica para hacerlo por tercera vez. "Fue una iniciativa nuestra, de un grupo de chavales de la misma edad, que fuimos a hablar con la directiva del Amor y les pedimos que nos preparara un paso", relata. Daniel y sus compañeros se toman su cometido con toda la responsabilidad del mundo y cada domingo acuden puntuales a los ensayos en el templo de San José.