En Alemania puedes llevarte al perro al cine, y en Italia tienen su propio habitáculo en los carritos del supermercado. A Cáceres le falta mucho camino para llegar a semejante integración canina, si es que llega, pero los primeros pasos ya se están dando. Hace años parecía poco probable ver a un perro en una tienda. Ahora no resulta nada extraño. La ferretería Diosán, la de toda la vida, es una de las tiendas que no pone impedimentos. «Los tres hermanos tenemos perros, estamos bastante concienciados, de modo que aquí pueden entrar», explica Juan Antonio Dionisio, uno de los responsables.

Realmente nunca se ha producido ninguna incidencia ni nada semejante. «Los clientes no se sienten molestos, no se lo toman a mal. Si alguien se quejara pediríamos al dueño que lo apartara un poco, pero no se ha dado el caso», relata Juan Antonio. En la puerta tienen colocada una aldaba por si el cliente prefiere dejar a la mascota atada mientras compra, «pero ya es algo muy natural, unos preguntan antes de entrar con el animal y otros lo dan por hecho», comenta.

Latifa El Merabet es la propietaria de Óptica Mundis, en la calle Alfonso IX. También allí las mascotas pueden pasar. «Tenemos perro, somos amantes de estos animales y colaboramos con el Refugio, por eso no ponemos problemas», afirma. Tampoco han registrado ni una sola queja en cuatro años.