Guadalupe Rubio es una joven cacereña que ha crecido en la plaza de Santiago. «He vivido aquí toda la vida», señala. Ahora, reside en otra barriada de la ciudad pero acude diariamente a visitar a su familia, que continúa viviendo en el casco histórico de Cáceres. A su parecer, una de las propuestas que han de llevar a cabo de cara a la remodelación de la plaza es, sin duda, la limpieza y el cuidado del entorno para que los vecinos puedan vivir «cómodamente», añade. «En general, en el barrio hay muchos niños que se divierten en la plaza, pero por higiene y la dejadez no pueden jugar como es debido», señala. «Es un espacio que podía estar mejor aprovechado para los pequeños».

La cacereña es madre de dos niños de corta edad y, actualmente, prefiere pasear detrás de la iglesia en lugar de por la zona de la plaza por el desgaste, entre otras cosas, de heces caninas. «La limpieza, en general, es necesaria. Es una pena que esta zona esté así». A su juicio, cree que una buena opción sería que el consistorio realizara una mejora similar a la que hicieron en la plaza de la Concepción. «Allí hay espacios infantiles, no hay el ambiente que tenía antes y está más limpio todo», apunta.

La infancia de Rubio se basó en divertirse por esa plaza. «De pequeña, salía a jugar durante muchas horas y sin problema alguno», recuerda. Sin embargo para Guadalupe en estos momentos la plaza ya no es ni un lugar seguro ni mucho menos, higiénico. «Ahora ya no es como antes, los niños ya no pueden jugar en la plaza como antes, pero no porque no quieran», apostilla.