Besos, abrazos, sonrisas y lágrimas. Un cúmulo de sentimientos se agolpa en las inmediaciones de la parroquia Virgen de Guadalupe. Los 92 niños saharauis que llegaron a Cáceres hace dos meses gracias a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui y a la solidaridad de las familias extremeñas emprenden hoy el viaje de regreso a su país natal.

Pablo José García, natural de Albalá y cura de profesión, relata su experiencia de padre primerizo con el pequeño Omar, de 10 años. "Es un niño fantástico y aunque ya sabía que se tendría que marchar se me hace difícil. Ha sido la primera vez que he tenido un niño en acogida y pienso repetir experiencia", afirma Gacía. Mientras, los niños comienzan a subir al autobús y reciben el último achuchón de sus familiares españoles. "No olvides llamarme cuando llegues", le recuerdan a más de uno. Los pequeños pegan sus caras a los cristales del autobús y las familias de acogida no pueden reprimir las lágrimas. Es la hora de partir rumbo a Argelia. "Pero no es un adiós, es un hasta luego", afirma una de las madres.