Luis Jiménez Pulido (1-X-1956) es un auténtico apasionado de la Semana Santa cacereña en todas sus manifestaciones. Profesor de FP de la Universidad Laboral y actualmente responsable del Servicio de Formación Profesional Reglada en Extremadura, pertenece a las hermandades más tradicionales y a las más jóvenes, carga a hombros y a costal, y ha llegado a ejercer la máxima responsabilidad: presidente de la Unión de Cofradías de Cáceres de 2001 a 2006. Hermano de Batallas, Nazareno, Dulce Nombre y Jesús Condenado, ha sido tesorero y mayordomo del Humilladero, miembro fundador del Amparo, y ahora directivo de los Estudiantes. El 16 de marzo ofrecerá el pregón de la Pasión 2013 en San Francisco (20.00 horas).

--Dicen que estaba destinado a ser cofrade. Solo hay que ver dónde nació y se crió.

--Sí, curiosamente mi primer hogar fue la actual casa de hermandad de la Sagrada Cena, y posteriormente viví en la calle Cuba, donde hoy está la casa de hermandad del Humilladero. Cuando falleció mi madre nos quedamos huérfanos mi hermano y yo, e ingresamos en el colegio San Francisco.

--Y así llegaría su vinculación con la Semana Santa...

--Yo tenía algo en la impronta porque mi padre fue cofrade, y en Llopis salí de niño como hermano de escolta del Humilladero. Sí, en San Francisco también había ciertos aires. De hecho, a mediados de los 70 la cofradía de la Soledad nos pidió ayuda porque llevaba años sin sacar la procesión del Resucitado por falta de hombros. El periodista Fernando García Morales publicó: "La cofradía del Encuentro saldrá gracias a los alumnos del San Francisco" . Aquello debió herir la sensibilidad de los hermanos, porque duplicaron su número en la procesión. La devoción ya me llamaba y me fui uniendo a distintas cofradías.

--Además, cuentan que es 'experto' en estrenos procesionales.

--Sí, resulta curioso. Fui de los primeros en salir con el Cristo del Amparo, también con Jesús de la Humildad y el año pasado con Jesús Condenado.

--Usted no abre brechas entre la tradicional carga a hombros y a costal, de hecho participa en ambos tipos de hermandades...

--Yo defiendo la Semana Santa en general. En la vida, quien tenga un espíritu creyente no puede dividir los dos brazos de la cruz, no puede descartar ninguno. Por ello todo lo que sea catequesis en la calle, testimonio de Cristo, sea de la forma que sea, debe entenderse como válido y aceptarse.

--Quizás la riqueza de la Pasión cacereña está en no haberse quedado solo en las cuatro cofradías más antiguas, ¿o quizás esa atomización (16 hermandades) la hace más débil?

--A mi juicio, las nuevas cofradías han hecho la Pasión mucho más grande porque la expansión se ha ido produciendo de intramuros hacia fuera. Las hermandades más jóvenes han nacido en San Marquino (Amparo), San José (Amor), El Vivero (Dulce Nombre), R-66 (sede de la Expiración) o Mejostilla (Victoria).

--Cuando usted era presidente de las cofradías llegó el título de Fiesta de Interés Nacional en 2002. ¿Grandes recuerdos?

--Me llamó Saponi para comunicármelo y al momento se informó a los medios. Hubo que poner miles de pegatinas a mano en las guías, que ya estaban editadas. Nos dio gran satisfacción, detrás había un trabajo de años.

--Ya se ha logrado el Interés Internacional... ¿Qué nos falta?

--Una buena administración de estos títulos, que se lleven con la dignidad que merecen. No hablo tanto de imagen estética como de vivir acorde con lo que representamos. Tal y como está la sociedad, en 2013 no podemos pasear títulos por la calle olvidando lo que ocurre. Hay que ser solidarios antes que hacer gastos elevados en flores, coronas, andas... No digo que esto ocurra en Cáceres, digo que si se puede ahorrar una banda o varias docenas de flores para ayudar a la gente a salir de sus apuros, ése es el verdadero sentido de la Semana Santa: religión, oración y darse a los demás todo el año, no solamente siete días. El auténtico título debe ser el de la caridad y el de la solidaridad. Ahora bien: los ingresos de las cofradías son habas contadas, y si parte se dedica a caridad, lo que queda tampoco es para hacer excesos.

--¿Qué piensa cuando la Pasión recibe ataques que le presuponen cierta inclinación política?

--No tiene color político. Hay sectores que ven agravios comparativos entre el fomento de la Semana Santa y de otras manifestaciones culturales, deportivas o sociales. No es así, pero hay que tener presente que una tarde de Viernes Santo o una noche de Miércoles Santo reúnen más gente que otros muchos eventos.

--¿Conoce el cacereño la profunda riqueza histórica y artística de su Semana Santa?

--No, queda mucho por delante. El cofrade sí la valora cada vez más. Sorprenden los profundos conocimientos de algunos jóvenes, que tienen sus publicaciones, sus páginas webs, sus blogs o sus colaboraciones en revistas.

--Por supuesto, no nos va adelantar nada de su pregón...

--Bueno, mi objetivo es mandar un mensaje al cofrade, al creyente y a toda persona que no siendo cofrade ni creyente sienta algo por los demás. Llevo un año meditando, documentándome, y aún hago retoques.

--¿Un paso de especial devoción?

--Respuesta comprometida, pero lo diré: el Cristo del Calvario.

--¿Ese momento que no se quiere perder ningún año?

--La salida del Nazareno, la llegada del Amparo a San Mateo, y me emocionaba en especial la salida de María Corredentora.