Luis Pastor pasa ahora más tiempo en su casa en Rivas Vaciamadrid, entre el barrio, la compra y componiendo para otros, mientras prepara una gira de conciertos con orquestas sinfónicas del país para cantar a Saramago, al que dedicó un disco en el 2006. Quince años después del directo que grabó en La Torre de Babel, vuelve el viernes a una sala de la ciudad para tocar en el pub Barroco (23 horas, entradas a 10 euros).

--Vuelve a los bares...

--Siguen siendo pequeños templos de la canción, donde la cercanía es como estar en casa con la gente. Eso da vida. En el fondo, el cantante lo que quiere es cantar y, cuando pasa mucho tiempo en casa sin hacerlo, se pone nervioso.

--¿En qué está trabajando?

--Estoy componiendo para otros. Así llevo dos años y está dando sus frutos. En el espectáculo que acaba de estrenar Carmen Linares, dedicado a Miguel Hernández, la mitad de las músicas son mías. También he colaborado con dos canciones para Cesaria Evora y en el disco de Juan Valderrama que saldrá en junio.

--¿Dónde estaba el 23-F?

--Estaba en mi casa de Vallecas. El tendero de la calle, que era el facha, había incluido mi nombre en una lista.

--Va camino de cumplir los 60. ¿Se jubilará a los 67?

--Los cantautores como yo no se jubilan (risas). No tengo ese problema. Descubrí el timple canario, que no pesa nada, y dije que ese iba a ser mi instrumento.

--¿Pero sí estará en Facebook?

--Sí, sí, pero lo maneja Lourdes, mi compañera. No me dan repelús las redes sociales, pero sí los ordenadores. A Facebook me asomo de vez en cuando.

--La última vez que cantó en Cáceres fue en el Play! 2008...

--No hubiera estado mal que supliera al Womad porque no repercute económicamente en Extremadura. Womad es una fórmula cómoda y hubiera sido interesante que lo asumieran las empresas de la región. ¿Dinero para esos eventos? Es tan relativo como que lo hay para tantos que no valen de nada.

--¿Con qué irá a Barroco?

--Solo con la guitarra, el timple y Lourdes. Hace tiempo que no toco con banda.