Cuenta que un día paseando por Nueva York, nostálgico de su patria y de su familia, se topó con el museo Metropolitan. Entró y recuperó la sonrisa. Luis Romero, anticuario de profesión, se define a sí mismo como "un apasionado del arte". Hasta hoy domingo --"aunque quizás me quede el lunes", dice-- expone y vende en el Hotel Extremadura de Cáceres algunas de las piezas de su tienda de Madrid, Almoneda R & R. La muestra se puede visitar de 11 a 15 y de 17.30 a 22 horas.

--¿Cómo comenzó en el mundo de las antigüedades?

--Mis padres ya se dedicaban a esto. Con 14 años empecé a trabajando con un anticuario y con 16 ya comencé por mi cuenta. Al principio con poquita cosa, con amigos, y lo que no vendía lo tenía que devolver. En Madrid tenemos el negocio desde el 72, he criado a nueve chavales y estoy muy orgulloso porque trabajamos juntos, como una piña, y, ahora, mi hijo Manuel es el dueño de la empresa y yo el cabeza de familia.

--¿Qué ha traído hasta Cáceres?

--Tenemos alta época y también piezas del siglo XX, como un cuadro de un pintor afincado en Mallorca. Hay piezas francesas del siglo XIX, tablas del siglo XV, del XVI, cuadros del XVIII o cobres holandeses que están firmados. Hay desde una colección de pinturas muy interesantes hasta una mesa castellana de cuatro metros de un sólo tablero o una cómoda del siglo XVIII, entre otras muchas.

--¿Cuáles son las joyas ?

--Un cuadro de Antonio Arias, un pintor del que lo mismo hay un cuadro en el Museo del Prado que en una catedral de Sevilla. Esta es una de las joyas, pero hay muchas más.

--¿El público en general valora las antigüedades?

--La gente valora cada día más las obras de arte porque, al mismo tiempo que se está exponiendo en una casa y tiene uso, además es una inversión, que cada día vale más.

--¿El sector está en crisis?

--En el mundo de las antigüedades nunca va a haber crisis porque siempre habrá alguien al que le encanten, y si uno muere, nace otro. Todas las artes vivirán siempre, para las artes no hay crisis.