De origen maño (nació en Zaragoza aunque vino a vivir a Extremadura con un año) y tradición socialista (su padre militó en el PSOE hasta la reforma laboral de Zapatero), Luis Salaya será a sus 26 años el candidato más joven al frente de un proyecto de Alcaldía del PSOE cacereño.

--¿Qué tal ha dormido sabiéndose candidato a la Alcaldía?

--Poco, pero muy profundamente. Reconforta, pero también tengo una sensación de responsabilidad, de saber que eres el candidato del único partido que tiene la capacidad y el proyecto de dar un vuelco a la ciudad.

--Ha ganado por tres votos de diferencia ¿Se siente respaldado?

--Muy respaldado. Además llevan todo el día llamándome y enviando mensajes. El partido ha respondido muy bien.

--El domingo se fundió en un abrazo con Vicente Valle ¿Ha sido un apoyo en este proceso?

--No. Ha sido fundamental, como uno de los responsables de organizar las primarias para mí y para el resto de candidatos.

--¿Había ganas de primarias?

--Había muchas ganas de volver a tener esa ilusión. Hemos descubierto que vinculando a la gente conseguimos que se mueva.

--En su proclamación ya como candidato dijo que había pedido que le prestaran 4 o 5 años. ¿Teme que se utilice la edad como arma política contra usted?

--Sé que se va a utilizar, pero no lo temo. Cuando presentamos candidatura, valoramos que la edad iba a ser un inconveniente en las primarias, pero una ventaja en las elecciones. Lo que nos están pidiendo los ciudadanos es gente que venga con energía y que venga a dar un golpe de renovación. La edad no nos hace más ni menos capaces.

--¿Cómo convencerá de eso a los ciudadanos?

--Los cacereños no van a hacer caso a eso. Estamos en un momento malísimo, en una crisis política, institucional y económica, que no la ha provocado nadie por ser demasiado joven. No voy a decir que ser mayor sea malo para hacer política, pero tampoco parece que sea una garantía de nada. Prefiero tener 26 años y un proyecto solvente, como el que tengo, que los cuarentaytantos de Elena Nevado y llevar cuatro años desgobernando una ciudad.

--¿Cómo se materializará el cambio real y visible que proclamó?

--El cambio visible, está. Y el cambio real, con la elaboración de un programa electoral de una forma diferente, que cuando un ciudadano lo coja vea lo que va a ser la ciudad en 4 años. No vamos a prometer nada que no se pueda cumplir y nos vamos a patear la ciudad.

--¿Cómo es su Cáceres ideal?

--Un Cáceres que vuelve a tener mucho de la vida cultural de hace unos años; que tiene un turismo que funciona mejor. Pero el verdadero sueño es un Cáceres que atrae empresa, inversión y, en resumen, un Cáceres del que la gente de mi generación no se tiene que ir.

--Ha dicho varias veces que Cáceres no puede resignarse a no tener tejido industrial, pero los últimos gobiernos, de distinto signo, no han conseguido promoverlo.

--Hemos vivido muchos años en la resignación de que era imposible. Y no es así. En 1983 era imposible pensar que esta ciudad podría tener un atractivo turístico, porque la parte antigua eran un montón de piedras y cuadras, una zona totalmente abandonada. Y en una legislatura, un gobierno socialista consiguió que ese montón de piedras fuera Patrimonio de la Humanidad. Tan imposible como era eso, es ahora atraer empresa en Cáceres. Hay fórmulas, pero hay que hacer un trabajo serio, salir a buscarlas y hacer una planificación. Con los fondos de la Unión Europea hay que hacer también una planificación para tener claro dónde se van a invertir y cómo, para que se acabe traduciendo en más inversión.

--Ese alcalde, Juan Iglesias Marcelo, era senador. ¿Lo sería usted?

--No, en ningún caso.

--Se ha hablado de encuestas durante las primarias...

--¿Qué encuestas? Yo no tengo encuestas. Lo que sabemos es lo que respiramos, y lo que respiramos es que hay un buen ambiente en la ciudad para que el PSOE gane. Elena Nevado ha conseguido que los cacereños sepan que tiene abandonada la ciudad. El PSOE ha hecho una buena oposición y una oposición activa. Ahora queda la parte que me corresponde liderar a mí, demostrar que el PSOE puede ser una alternativa de gobierno.

--¿Gobernaría en minoría como hizo Carmen Heras?

--Gobernaría en un escenario que tuviera clarísima la estabilidad de gobierno.

--¿Pero estaría abierto a pactos?

--Lo que no haría sería pactos que no nos garantizasen la estabilidad de gobierno toda la legislatura. Pero nosotros estamos presentando la candidatura para ganar en mayoría. Y ahora mismo no barajamos otro escenario.

--¿Qué opina de Podemos?

--Es un movimiento muy interesante políticamente, aunque no estoy de acuerdo con ellos, sus postulados, ni las propuestas que hacen. Pero merecen un respeto por la gente que han atraído.

--¿Estarán Fernando Solís y Leonor Martínez Pereda con usted?

--Las puertas las tienen abiertas

--¿Los quiere en su equipo?

--Yo quiero un proyecto integrador y, si ellos quieren estar en mi equipo, van a poder estar.

--¿Qué opina de las cuotas?

--Vamos a hacer una candidatura con una 'lista cremallera', preparada para gobernar la ciudad. Habrá gente de todas las sensibilidades porque se han presentado tres candidaturas muy buenas con gente muy válida.

--En cuanto al programa ¿Qué líneas rojas trazará?

--Hay una, un plan de retorno del talento. Es un compromiso con mi generación. Más allá de eso, no es una cuestión de líneas rojas sino de orientación. Hemos planteado una leve orientación y quienes harán el programa serán los militantes y los ciudadanos.

--Cómo pretende atraer a unos ciudadanos desencantados con la política y con los políticos.

--Hoy me están escribiendo muchos y ese es el primer cambio. Es mucha gente que no participa política e incluso que no conozco. Ese es el cambio visible.