Todo un lujo a tiro de piedra de Cáceres. El nuevo hotel ubicado en la carretera de Malpartida, fruto de la rehabilitación integral de la antigua casa de las cigüeñas, será una realidad a principios del próximo año. Con una inversión final que rondará los 7,5 millones de euros (1.300 millones de pesetas), este inmueble, que hace tres años presentaba un alarmante estado de abandono, ha entrado ya en la última fase para su transformación en un atractivo establecimiento hotelero con vistas al campo.

Situado en la finca Los Arenales, en Los Llanos de Cáceres, ocupará un total de 26 hectáreas de las más de 500 de esta extensión propiedad de Tatiana Pérez de Guzmán, condesa de Torrearias y marquesa de Santa Marta. Palacio de verano de los Golfines en el siglo XVII, la apuesta inversora en solitario de Pérez de Guzmán ha convertido este inmueble en un hotel con una categoría inicial de cuatro estrellas, aunque con posibilidad de ser de cinco.

Con 44 habitaciones --40 dobles y cuatro individuales--, la empresa Construcciones Abreu ha logrado mantener intacta la estructura original de la casa en la que pueden verse aún antiguos arcos de las caballerizas y chimeneas integrados en el interior de las estancias, todas reformadas en madera.

Las instalaciones, explica un portavoz de la propiedad, serán alquiladas a una cadena hotelera para ser explotadas. No existe, confirmaron estas mismas fuentes, la opción de ponerlas en venta. Las negociaciones con dos empresas españolas interesadas en el nuevo hotel ya están en marcha, aunque sus nombres no fueron desvelados por discreción.

Una oferta de primera

El proyecto ha permitido reconventir también un amplio espacio en el ala este del edificio, destinado antes a explotaciones agrícolas, en un luminoso comedor para banquetes con capacidad para 800 personas. Con cocina y servicios para el personal, los invitados dispondrán de un párking exterior con 200 plazas. Para clientes, habrá un aparcamiento subterráneo con 50.

Asimismo, el hotel dispondrá de restaurante en la planta baja, donde se situarán la recepción, zonas comunes y una antigua capilla transformada en salón. Pero el cambio más visible se producirá en el exterior. Las cubiertas han sido totalmente renovadas y una iluminación especial lo hará visible desde el puente de la A-66 que cruza la carretera de Malpartida, situado a sólo 800 metros. Una nueva rotonda facilitará el acceso al hotel. La reforestación se ha realizado con 850 olivos y está pendiente la jardinería en la última fase de las obras. Un proyecto hecho realidad que ya brilla en los Llanos de Cáceres.