Una estudiante francesa será acusada por la fiscalía de un delito de homicidio imprudente por la muerte de su bebé recién nacido, al que dio a luz hace casi un año en un piso que tenía alquilado en la calle Camino Llano. Se estima que el niño murió a los pocos minutos de nacer porque ella no procuró tener una correcta asistencia. Por el mismo delito será igualmente acusado y juzgado su novio, también universitario francés.

Estos detalles fueron adelantados ayer a este diario por el fiscal encargado del caso, Eliseo del Blanco, quien señaló que, a la vista de la investigación y de los informes forenses, "parece claro que estamos ante un caso de homicidio por imprudencia, pues no hay ninguna señal de violencia en el niño, pero sí está claro que si la madre y el novio hubiesen buscado una correcta asistencia médica es más que probable que el niño hubiera vivido, ya que según los informes forenses el niño nació a los nueve meses de gestación y vivió unos minutos, por lo que si la madre hubiera acudido a un hospital seguramente habría sobrevivido".

Aunque la pareja ha mantenido en todo momento que no sabían que ella estaba embarazada, que tomaba anticonceptivos y pensaba que la falta de la regla era por problemas de la menstruación, así como que cuando se produjo el parto pensaban que se trataba de un cólico, en la fiscalía no se considera esto posible. "Es algo difícil de creer y, aunque estamos pendientes de una ampliación pericial, en principio vemos un claro caso de homicidio por imprudencia y de ello les acusaremos a ambos".

La joven pareja, que ya no reside en Cáceres pues se encontraba en esta ciudad por un año como beneficiaria de becas Erasmus, será juzgada por delitos de homicidio imprudente, que el Código Penal castiga con entre 1 y 4 años de prisión, en el Juzgado de lo Penal de Cáceres.

En principio, el fiscal también consideró imputable un delito de omisión del deber de socorro, pero finalmente solo les acusará de homicidio imprudente. "Por los informes forenses queda descartado el homicidio, pues según ha quedado constatado el cuerpo del bebé no tenía ningún signo de violencia, nadie actuó para quitarle la vida; y también sería difícil imputar el de omisión del deber de socorro, ya que los informes también determinan que el niño nació vivo, pero murió inmediatamente y, por lo tanto, no se le pudo socorrer".

Esta joven pareja de universitarios franceses llegó a Cáceres en septiembre del 2005 para, como beneficiarios de becas Erasmus, residir un año aquí. Ante esto se desprende que la chica estaba ya embarazada cuando llegó a la ciudad, pues el niño nació, a los 9 meses de gestación, a finales de marzo, cuando llevaban en Cáceres seis meses.

Los hechosOcurrió el 29 de marzo del 2006 en un edificio de la calle Camino Llano, donde residían, en un cuarto piso que tenían alquilado. Según los jóvenes ella empezó a sentir un fuerte dolor y creyeron que tenía un cólico, porque no sabían que estaba embarazada, y cuando él vio sangre en el suelo llamó al 112. Los facultativos que se trasladaron a la casa encontraron en el bidé del baño a un recién nacido muerto y envuelto en una toalla, trasladaron a la madre y al niño al Hospital San Pedro de Alcántara e informaron de lo sucedido al Juzgado de Guardia y los servicios forenses.

De la investigación del suceso se hizo cargo el Juzgado de Instrucción número 1 de Cáceres, que ha concluido la investigación y está ya tan solo a la espera de que el fiscal califique los hechos, indicó ayer a este diario Federico Alba, titular de dicho Juzgado y juez decano de Cáceres.

Tras indicar que la investigación "ha sido muy laboriosa", se mostró prudente respecto a la calificación de los hechos. "Lo único que está claro es que no hubo violencia contra el niño, por lo que el delito de homicidio está descartado, y ahora falta saber oficialmente de que les acusa finalmente el fiscal".

Por su parte, el abogado defensor de la joven, el letrado Protenciano Chin Choy, manifestó que están a la espera de hablar con el fiscal para, en base al escrito de acusación, fijar ellos el de la defensa; mientras que José Ramón Ramírez, abogado del chico, eludió hacer declaraciones "por petición expresa de mi cliente".