La Madrila denunciará al ayuntamiento si en el mes de noviembre la nueva ordenanza de ocio no ha logrado atajar los problemas de ruidos en el barrio. Las dilaciones en la tramitación del nuevo texto --anunciado para el mes de mayo y aplazado ahora hasta septiembre-- no están contribuyendo a relajar la tensa relación entre vecinos y hosteleros de la principal zona de copas en la ciudad, la Madrila. Unos y otros continúan a la espera de saber qué pasará con la normativa que debe conciliar el ocio en la ciudad --principalmente el nocturno-- y cuándo se pondrá fin a la situación de alegalidad que desde ambas partes reconocen y rechazan.

Para los hosteleros la situación del ocio es de "parálisis"; apremian al ayuntamiento "para que saque adelante la normativa cuanto antes" y le piden que sea flexible en cuanto a las dimensiones mínimas requeridas a los locales para cambiar de licencia por temor a no poder cumplir con las exigencias que establezca la nueva normativa.

Y para los vecinos del barrio "un año es tiempo suficiente para poner freno a esta situación", señaló a EL PERIODICO el presidente vecinal, Miguel Salazar, quien junto a otros vecinos retomará la denuncia contra el consistorio que paralizaron el año pasado, si el nuevo texto no atiende a los problemas que han denunciado en numerosas ocasiones. "La paramos hasta ver cómo se resuelve la cuestión, pero si en noviembre no se ha resuelto, estaremos con ella en los tribunales", zanjó.

Según Salazar para que el texto sea eficaz debe aplicarse "con rigor, y tiene que ir acompañado de la creación de centros de ocio". Por el momento, desde la barriada han trasladado a los grupos políticos una relación de propuestas para mejorar el borrador actual. En ellas piden que se tenga en cuenta la condición de zona saturada para "no autorizar nuevas licencias ni cambios en las que ya hay". Temen que los establecimientos actuales quieran "beneficiarse" de la opción de café-concierto para "abrir más horas sin ofrecer el servicio adecuado"

PARALIZADO Los hosteleros también se quejan de parálisis. "No podemos programar ningún espectáculo mientras no tengamos una licencia de café-concierto, porque cualquier vecino, con la ley en la mano y con toda la razón, puede denunciarte", señaló a este diario David Vivas, empresario de El Barroco , en la Madrila. El hostelero criticó que "la situación sigue igual que hace un año", y reclamó al gobierno local "celeridad" para sacar adelante la norma.

Los empresarios de las principales zonas afectadas --la plaza Mayor y la calle Pizarro, además de la Madrila-- trasladaron a los representantes locales sus inquietudes en los encuentros que mantuvieron con ellos tras darse a conocer el texto provisional, principalmente en cuanto a las exigencias para acogerse a la licencia de café-concierto, para poder programar actuaciones en directo. De hecho, el desencuentro entre vecinos y hosteleros ha acompañado a la tramitación del nuevo texto legal entres cuestiones: los café-concierto, el nivel de insonorización de los locales y las dimensiones de los establecimientos dedicados al ocio nocturno.

En ambos casos tendrán que esperar hasta septiembre ya que el borrador no salió adelante en la última comisión de Seguridad de este curso político, el pasado 22 de julio. En ella solo se planificó el proceso de aprobación que se llevará a cabo (una vez que los grupos presenten sus alegaciones al texto) y se introdujo la posibilidad de flexibilizar el estatus de zona saturada en la plaza Mayor para llevar a cabo el plan de mejoras en Intramuros.