Cáceres ha tomado nota de las terrazas de La Castellana y de los chiringuitos de la costa y ha querido sacar la movida veraniega a la calle. Y no lo ha hecho por una cuestión de esnobismo sino de números. El jueves por la noche, por primera vez en la historia de la movida cacereña, los hosteleros de La Madrila inauguraron sus veladores en la plaza de Albatros. Lo hicieron, dicen, para frenar los efectos económicos "devastadores" que han sufrido tras la aplicación de los nuevos horarios de cierre.

Latinos, Vieja Trova y Airbag han sido los primeros establecimientos de La Madrila Baja que han solicitado los permisos municipales. A esta iniciativa se sumarán más locales en los próximos días, según confirmó a EL PERIODICO uno de los propietarios del Latinos, Marcos Tercero.

Los primeros resultados se han dejado notar y los empresarios están satisfechos. Abren las terrazas a las siete de la tarde y cierran a las 02.30. "No alcanzaremos el dinero que obtendríamos si tuviéramos un horario más flexible, pero ya no nos meterán en la cárcel por no pagar las deudas", dijo Tercero en tono irónico.

LA DECORACION

Los hosteleros se han esforzado en la decoración y han usado la madera, el aluminio y hasta el césped artificial para dar realce a sus terrazas y atraer la atención de la clientela. Público variado: desde gente mayor, pasando por niños y muchos jóvenes conformaron la puesta de largo. El gremio agradeció la actitud del ayuntamiento y sus "facilidades".

Pero la reacción de los vecinos no ha tardado en llegar y ayer su presidente, Miguel Salazar, fue especialmente crítico en sus declaraciones. "No respetan los horarios y, encima, les dan las terrazas. Esto es una burla excesiva. Lo único que falta es que les dejen poner la música fuera", dijo el representante vecinal.

Salazar recriminó al alcalde y al equipo de gobierno su actitud y la definió como una "bajada de pantalones". Y añadió: "Me voy a exiliar de Cáceres porque merezco vivir como un ser humano".