Reponer los juegos que están en mal estado, reparar otros dañados y, en definitiva, habilitar las zonas de recreo infantil para su uso y posterior recepción por el Ayuntamiento de Cáceres. Fue el acuerdo que se alcanzó en la reunión a tres bandas entre el propio consistorio, los vecinos del Residencial Universidad y la empresa constructora de la urbanización Magenta el pasado 28 de enero. Y ya lo está ejecutando la empresa.

Desde el pasado jueves operarios de Magenta actúan en los parques de la urbanización situada en la umbría de la Montaña para adecuar las zonas infantiles para su uso, tras un año de quejas por parte de los vecinos y tres meses con todas las áreas infantiles fuera de uso. Los columpios se cerraron por orden del ayuntamiento después de las quejas trasladadas por los residentes acerca del riesgo que suponía para los menores su estado de conservación.

JUEGOS Y LOCALES El acuerdo incluye que estos espacios sean recepcionados por el ayuntamiento una vez que terminen los trabajos, algo que la empresa espera que se produzca en un plazo máximo de 15 días, según confirmó ayer a este diario. Junto con las zonas infantiles, también serán recepcionados los locales comerciales de la urbanización, otra de las reivindicaciones de los vecinos, que se quejan de que no hay ningún servicio en la zona y que el colectivo vecinal no cuenta ni siquiera con un espacio que poder utilizar como sede.

Subsanar las deficiencias era uno de los requisitos que el ayuntamiento había exigido a Magenta para asumir el Residencial Universidad. Consistorio y constructora intensificaron los contactos en septiembre para esta cuestión, cuando la empresa le dirigió un escrito mostrando su disposición a iniciar los trámites para que la recepción se llevara a efecto. Pero el gesto más significativo no se produjo hasta el 21 de octubre, fecha en la que la constructora registró el documento en el que solicitaba la recepción del barrio.

La sentencia del TSJEx zanjando la polémica en torno a la legalidad o no de la urbanización, deja vía libre para que el ayuntamiento comience a asumir la titularidad de la zona.

Junto con las áreas de juego, los vecinos exigen que reparen viales y taludes de las zonas altas del barrio, los acerados y las zonas verdes.