No estaba invitada pero todas las previsiones indicaban que podía aparecer y llegó en el pero momento. La lluvia deslució ayer la fiesta de San Blas y restó público en la zona durante la tarde, cuando se concentran las actividades para conmemorar al patrón de los otorrinolaringólogos y protector de las gargantas. "Es una pena porque la tarde es el momento en el que más gente viene", lamentaba Antonio Pariente, párroco de San Blas. De hecho la policía local confirmó que la afluencia de público a la tradicional romería fue inferior a años anteriores y rondó las 2.000 personas.

El sol frío de la mañana les animó a pensar que la jornada transcurriría sin problemas. "Daban agua, pero nos hemos arriesgado y hemos traído 6.000", decía al mediodía el párroco, confiado en que no iría a más y se mantendría el continúo goteo de gente. Las dos tormentas de la tarde desmontaron las previsiones. "Han sobrado 800 roscas, aunque hemos salvado el día", afirmaba Pariente a última hora de la tarde. Lo sobrante se donará a los hermanos de la Cruz Blanca o a Cáritas, como en otras ocasiones

A las 16.30 horas, cuando el grupo El Redoble ya estaba en el escenario de la explanada junto a la ermita de San Blas, una tormenta obligó a suspender provisionalmente la actuación, que se reanudó minutos después. Otra tormenta sobre las 18.00 horas, más fuerte que la anterior, suspendió definitivamente el baile y vació de gente la explanada, hasta entonces estaba llena de público. Sólo algunos padres con niños continuaron paseando después por la avenida de San Blas, en la zona de las atracciones infantiles.

VENTA DE DULCES La lluvia también alteró la tradicional venta de dulces típicos caseros en la puerta de la ermita, como siempre defendido por Concesa Corchero ataviada con el traje de montehermoseña. Hubo que taparlos en dos ocasiones con plásticos para evitar que se mojaran, pero la treintena de donaciones se vendieron finalmente por completo

Tampoco hubo que guardar ninguna de las chuletas asadas que la asociación de vecinos entregó (con pan y ponche) desde las 12.00 horas en la puerta de la sede del colectivo. Los cerca de 250 kilos de carne se agotaron en poco más de dos horas y en ese tiempo las colas recorrieron la avenida. Como siempre fueron gratis, pero colectivo vecinal quiere cobrar una cantidad simbólica de 20 a 40 céntimos el próximo año para recaudar fondos para algún colectivo benéfico. "Se trata de que sea una cantidad simbólica", afirmó Juan Antonio Hernández, presidente de la asociación. También reclamó más ayuda al ayuntamiento y a la Agrupación de Asociaciones de Vecinos "para que sea la fiesta de toda la ciudad".