La fiscalía provincial considera en su escrito de conclusiones provisionales que procedería imponer una pena de trece años y medio a un procesado por dos delitos de maltrato familiar, un delito continuado de coacciones, un delito de agresión sexual y un delito de maltrato habitual. Acusado y víctima se casaron en agosto del 2005, aunque, debido a ciertos desencuentros, habían interrumpido la convivencia varias ocasiones.

En el escrito de la fiscalía se detallan varios de los hechos que son constitutivos de delito. En cuanto al más grave, la agresión sexual, se especifica que el acusado empezó a quitarle la ropa a la víctima, quien le dijo que se estuviera quieto, que no quería mantener relaciones con alguien que la estaba insultando constantemente. A pesar de su negativa, el procesado la agarró y la tumbó en la cama, penetrándola vaginalmente en contra de su voluntad.

En cuanto al maltrato, la fiscalía apunta en su escrito que el acusado abofeteó a la víctima durante el transcurso de una discusión, añadiendo otro caso: un chico miró a la víctima cuando iba por la vía pública, el acusado, quien la acompañaba, consideró que había provocado al joven y la agarró del brazo y la atrajo hacia sí, obligándola a caminar a su lado, como consecuencia de estos hechos, la víctima resultó con un hematoma de dos centímetros de diámetro en el antebrazo derecho, lesión que requirió de asistencia y que sanó a los ocho días sin dejar secuela.

La víctima llegó a comparecer ante el juzgado instructor y manifestó que renunciaba al ejercicio de acciones civiles y penales y que perdonaba al procesado, pese a ello la Justicia ha actuado de oficio.

En el escrito también se narra que el procesado profería casi a diario insultos hacia la víctima, le decía que no fumara y como debía vestirse y le preguntaba en tono amenazante cada vez que llegaba del trabajo de dónde venía, situaciones que producían un gran temor en la víctima.