Nació con un glaucoma congénito bilateral, el peor de cuantos existen, y la ONCE fue el mejor de sus asideros. Con 5 años sus padres lo afiliaron y desde entonces la organización le ha prestado asistencia educativa, deportiva, de integración, y también laboral. Manuel Tato, cacereño de 41, lleva una década en el quiosco de la avenida Antonio Hurtado, aunque vende cupones desde hace dos.

Tato fue uno de los 19.000 vendedores de la ONCE que ayer iniciaron la venta de los cupones y el resto de productos de lotería del colectivo tras el parón provocado por la pandemia. Y lo mismo hicieron los 99 trabajadores de la Agencia de Cáceres.

El acto, sencillo, pero lleno de humanidad, contó con la presenia del alcalde, Luis Salaya, que quiso compartir la ilusión del primer día comprando el número 82932. El regidor destacó «la extraordinaria importancia» que este colectivo tiene en nuestra ciudad y ensalzó su «labor fundamental en la generación de empleo y en la integración laboral».

Manuel Tato no podía ocultar su alegría por el retorno y su mañana fue ajetrada porque los cacereños volvieron a su cita diaria con la fortuna.

La ONCE presentó precisamente ayer la serie de cupones ‘La ilusión puede con todo’, formada por 46,5 millones de cupones, con la que quiere reconocer el esfuerzo de la sociedad y a los héroes de primera línea en la lucha contra el Covid.

Los cupones pertenecen a los sorteos de los días 15, 16, 17, 18, 19, 20 y 21 de junio. El primero fue el de ayer y estaba dedicado a la vuelta de los vendedores. Llevaba como lema ‘Volvemos los iguales’, en referencia a la denominación histórica de los cupones de la ONCE y a la aspiración de este organización a consturir una sociedad de iguales, sobre todo en derechos y oportunidades, para las personas ciegas o con discapacidad.