Objetivo logrado. Extremúsika cuaja desde su primer macrofestival y algunos medios nacionales ya lo recogen en sus espacios informativos. La multitudinaria jornada de ayer, con 18.000 jóvenes en el recinto dándose un verdadero atracón de rock con doce conciertos, desde las cuatro de la tarde hasta las cinco de la mañana, demostró que el certamen ha emprendido el camino para lograr sus aspiraciones: convertirse en el gran festival rock del oeste español. "Todo va sobre ruedas", declaraban los promotores a las diez de la noche, con un hípico a reventar.

Hasta el cierre de esta edición, el evento se desarrollaba con más normalidad de la lógica en citas multitudinarias. La policía no registró ningún accidente destacable ni el viernes ni ayer, y la seguridad privada, contratada por la productora a una empresa cacereña, hacía su trabajo sin mayor problema, al igual que los 140 integrantes de la organización. Largas colas volvieron a aparecer ayer ante las taquillas y obligaron a abrir más puntos. La zona de acampada también estaba al máximo: 1.010 tiendas (otros muchos campistas ocupaban los aparcamientos). Y el botellón reunía a cientos de jóvenes desde las seis de la tarde.

La empresa madrileña A Vallekas Producciones es la artífice del certamen con un riesgo asumido de 241.000 euros (patrocinan Cadena 100 y Amstel, y colabora el ayuntamiento). Pero los jóvenes le han respondido pese al viento frío de estas jornadas.

EN ESCENA La noche del viernes había terminado calentita con Barricada y su alegato contra la refinería de Villafranca (el grupo fue presentado por Mariano Mariano), y con otro de los favoritos, Saratoga. Ayer, los extremeños Maggot Brain fueron los encargados de despertar de la siesta a un público adormilado, y surtió efecto. Le siguió Toronto: rock americano y un directo que sorprendió al público. Después, Dr. Sapo, con un estilo directo que gana seguidores por todo el país. A continuación, Albertucho, un sevillano de la nueva generación de rock de autor, aupado a los primeros puesto.

Hacia las siete el ambiente subió de tono con los grupos más esperados. Primero, Delinqüentes, jerezanos llamados a los grandes festivales (Espárrago Rock, Viñarock, Indyrock...) por su trayectoria. Después, una banda original donde las haya, Mojinos Escozíos, transgresores conocidos en todo el país por sus letras y las caricias de su chow chow (Miguel Angel Rodríguez levantó el hípico con su carisma). Le siguió Despistaos, una de las grandes apuestas de Extremúsika, y M-Clan (Carolina ), que cogió el relevo con su peculiar pop-rock coreado ayer por miles de jóvenes.

A continuación, los cántabros llegados al festival se volcaron con La Fuga, que inicia en Cáceres la gira con su nuevo disco, Negociando gasolina . Durante la madrugada estaba previsto que la nostalgia del buen rock subiera al escenario de la mano de Medina Azahara, seguido de otro de los grandes favoritos, los andaluces O´funk´illo con su disco Planeta aseituna , y Jiménez & Laina, un histórico obligado para poner un broche de veteranía.