La pérdida de confianza hacia Rafael Robina, hasta ayer director de Ifeca, planeaba en el gobierno de Elena Nevado desde el comienzo de legislatura. Uno de los primeros pasos que dio la alcaldesa nada más llegar al ayuntamiento fue solicitar un informe sobre las ferias y su rentabilidad. Ya en julio Nevado habló de la posibilidad de "reinventar" algunas de ellas para hacerlas, dijo, "más rentables o incluso prescindir de ellas si la rentabilidad para la ciudad no supera el límite de lo razonable".

Añadió a ello su intención de prescindir del pabellón de ferias que promovió la exalcaldesa, Carmen Heras. "Con una herencia de -7 millones de euros de remanente negativo de tesorería y 84 millones de deuda, ¿cómo vamos a financiar 8 para un pabellón en mitad del desierto?", se preguntó entonces la alcaldesa. Ferias y pabellón, dos apuestas claras de Robina, se tambaleaban. La marcha del director estaba más que cantada.