Luce mantillas, mantones, gorras de montehermoseña y en público siempre lleva puesta una coraza. Hoy, María Fernanda Sánchez descubre lo que hay detrás de tanto envoltorio.

--¡Viva el mantillerío!

--¿Pero cuál: el español, el tradicional cacereño, el de Montehermoso o el de bautismo? Yo particularmente me quedo con el de bautismo porque me gusta mucho tener nietos.

--Porque era la única concejala que bajaba como Dios manda a recibir a la patrona...

--Bajaba como dictan los cánones: soy tradicional, ni tradicionalista ni de las JONS.

--Aunque, pensándolo bien, no creo que Dios mande bajar a recibir en mantilla ni a la patrona ni a nadie...

--Dios no se mete en esas pequeñeces.

--Reconozco, eso sí, que dentro de esa postal tan española a mí me parecía usted tan... ¡atrevida!

--A mí también (risas). A veces hay que ser si no rompedora, por lo menos atrevida. El traje se lo compré a mi amigo Leo por la graduación de mi hijo pequeño. Era sobrio pero alegre al mismo tiempo. Iba perfecta.

--Porque paseaba con garbo en la acera del PSOE cuando en el PSOE dicen que es mejor la pana que la blonda...

--En el PSOE lo mejor son las ideologías. Cuando ostentas un cargo público tienes que respetar a los que representas y tienes que representar a todos. A una cacería no iría nunca con una blonda, iría con una pana, pero desde luego no iría nunca a recibir a la Virgen de la Montaña en camisa y sin corbata.

--Porque, hablando de aceras, usted también paseó la de la Sección Femenina...

--Siempre he estado ligada con la izquierda, ideológica y sentimentalmente. Mis padres se conocieron en la Casa del Pueblo, estuvieron muy perseguidos, mi padre estuvo en la cárcel en la posguerra. Mi única ligazón con la Sección Femenina fue su grupo de Coros y Danzas, al único que en aquella época podías tener acceso si querías aprender a bailar. Pero no estuve afiliada y nunca jamás fui ni flecha ni lucerito.

--Que siempre me ha parecido tan... ¡poco femenina!

--Desgraciadamente todavía hay mucha gente que entiende lo femenino como ellas.

--Porque no hacía mujeres, hacía mujeres dependientes de un hombre...

--Entiendo que hay otras maneras de dedicarse al hombre, a la casa, al matrimonio y a los hijos, así que según la Sección Femenina debo ser una mujer nefasta.

--Y usted nunca ha dependido de un hombre...

--Nunca me ha gustado depender de nadie, ni de hombres ni de mujeres; me ha gustado ser yo.

--Más bien ha sido una mujer llena de efes...

--Completamente llena de efes.

--La F de Fernanda...

--No me gusta, pero es mi nombre y lo he asumido.

--La F de su primer hijo...

--Por tradición se llama igual que mi marido, así que hala, Federico.

--La F de la del segundo...

--Prefiero Fernando que Fernanda.

--La F de Federico (Vázquez)...

--Es mi marido, el hombre de mi vida. Y ahí está la F.

--La F de Federico (Suárez)...

--No, ahí no. Si hubiera una quinta F sería la de mi perro, que se llama Folk. Eso no quiere decir que no sea amiga de Federico Suárez, lo soy y del alma, le quiero muchísimo. Pero esto es una cosa mucho más familiar y mucho más íntima.

--Pero de todas las efes me quedo con la F de Federico (García Lorca)...

--De Federico y de otros poetas.

--Y su poeta en Nueva York: Debajo de las multiplicaciones hay una gota de sangre de pato ...

--Prefiero La muerte del Camborio . Aunque Poeta en Nueva York habla de lo que he pensado muchas veces: la vida es la escenografía de la ley de la selva. De todas maneras, a mí no me gusta lo tétrico, soy optimista por naturaleza y no comparto mucho ese poema, estuve en Nueva York y hasta el cemento a veces puede ser arte.

-- Denuncio a toda la gente que ignora la otra mitad , seguía...

--Refleja lo que yo a través del socialismo he procurado: intentar hacer una vida mejor. No lo habré conseguido pero lo he intentado.

--Porque no hay nada peor que guillotinar la otra mitad...

--No creo en mitades, creo en partículas. Entre el blanco y el negro hay toda una gama de color.

--¿Y usted siente que a veces han tratado de guillotinar a la otra mitad de su partido?

--En mi partido también hay partículas. He estado adscrita a una de ellas y nunca he renegado de ella, pero siempre con la mano tendida a otras mitades o partículas.

--¿A la otra mitad de su folclore?

--Mi foclore es todo.

--A su otra mitad, en definitiva...

--Es excesivamente romántica y soñadora.

--¿Por eso adopta la pose de loba feroz?

--A lo mejor (más risas). A veces no tienes más remedio que crearte una careta.

--Sin temor a que eso pueda dañar su imagen...

--Eso no me preocupa.

--O sea que usted no es chaquetera...

--Para nada. Cuando creo en algo creo con firmeza.

--Si le sirve de consuelo le diré que no creo en los envoltorios, creo que en lo que llevan dentro...

--Aunque a veces el envoltorio te pueda deslumbrar, yo también creo en lo de dentro.

--Y sus amigos dicen que usted esconde dos cosas buenas: dulzura y lealtad...

--Lealtad, sobre todo. Tal vez no soy capaz de sacar hacia fuera la dulzura, no así con los niños, sobre todo con mi nieta, que me ha devuelto media vida.

--Fernanda, ¿qué es la capitalidad?

--Un sueño que si somos listos podremos alcanzar.

--¿Esperaba que la sacaran a bailar o los sacaba usted?

--He tenido que dar algún bofetón que otro porque los hombres a veces confundían churras con merinas.

--Por eso le pido: ¡Dedíqueme nuestro último baile!

--Te dedico todos los bailes y espero que no sea el último.