TGtuardo como oro en paño las acreditaciones que me permitirán esta semana reencontrarme con la gran pantalla y poder llevar al cine a mi numerosa familia sin desequilibrar el presupuesto doméstico. Resulta que una serie de distribuidoras, productoras y salas de proyección junto al Instituto Nacional de Cinematografía han organizado el 21, 22 y 23 de octubre la Fiesta del Cine. Por una vez el sector ha decidido ponerse las pilas y compartir alfombra roja con el ciudadano de a pie.

En un guiño hacia el espectador, muy alejado últimamente del cine en pantalla grande, nos permitirán durante esos días ver pelis al módico precio de 2,90 euros, previa acreditación en su web. Todo un chollo en una ciudad como Cáceres donde ir al cine cualquier domingo cuesta 6,50 euros, todo un atraco a las tres. Habrá que aprovechar la ocasión dado que es una de las escasas promociones a las que se acogen los Multicines Cáceres, los últimos mohicanos del cine comercial en la ciudad.

Siempre me ha sorprendido (y enfadado) comprobar que, además de sus altos precios y al contrario que en otros municipios, no se ofrece ningún tipo de descuento a las familias numerosas y que, paradójicamente, tampoco te facilitan las cosas a la hora de rascarse el bolsillo ya que no admiten el pago con tarjeta. Así ocurre que la mitad de los días sus salas se quedan solas ante el peligro de la falta de espectadores. Polémica aparte sobre la calidad del cine, está claro que la subida del IVA cultural no ayuda pero existen estrategias comerciales para levantar las ventas. Si me asomo a mi ventana indiscreta miro con envidia a nuestros vecinos de Mérida que llevan meses viendo pelis en un abarrotado El Foro por cuatro euros, domingos incluidos, mientras aquí el viento, o la pasividad, se acabarán llevando a nuestros últimos cines.

Ese viento ya se llevó las emociones guardadas en el Coliseum una tarde de sesión infantil, también arrasó con aquel Astoria donde descubrimos que había naves ardiendo más allá de Orión y hasta descolgó la cartelera del Capitol. No me gusta este particular crepúsculo de los dioses del séptimo arte y por eso desearía en Cáceres un cine al alcance de todos, un cine para todos los públicos.