Tras cincuenta y tres años detrás del mostrador de la conocida zapatería Cabrera, en la calle Pintores, Mariano Campos se jubila. Su marcha significa también el cierre del negocio.

Con solo 12 años la "necesidad" le llevó a dejar al colegio y a entrar como aprendiz en la tienda, de la que ha sido encargado 46 años. "Solo la dejé para hacer el servicio militar", comenta Mariano pocos días antes de su merecido retiro.

Ha vivido la mejor época de Pintores y también los años de vacas flacas . Recuerda que el comercio cacereño se concentraba en esta calle y las adyacentes y poco a poco los negocios se fueron diversificando por la ciudad. Ahora, cree que las franquicias que se han instalado en el centro han devuelto "la alegría a la calle Pintores".

Tampoco olvida los días de más ajetreo en la tienda, cuando en Semana Santa todo el mundo compraba zapatos para "estrenar el Domingo de Ramos". Cuenta que el Jueves Santo era el día grande. "No podíamos ver las procesiones de ese día porque cuando cerrábamos la tienda nos teníamos que quedar para colocar el género que había quedado tirado por toda la tienda y que no nos daba tiempo a colocar por la cantidad de público que había venido", añade.

Mariano reconoce que Cáceres fue durante muchos años un referente en el calzado. "Teníamos fama de comprar género de calidad y con gusto". A su juicio, la llegada de artículos del mercado asiático y el cierre de muchos establecimientos --recuerda que en Pintores llegó a haber hasta seis zapaterías, cuando Cabrera cierre solo quedarán dos-- han mermado ese renombre.

Cincuenta años dan para muchas anécdotas. En una ocasión, vendió unos zapatos a una señora para Semana Santa. Tras las fiestas, la mujer volvió a la tienda para decir "que el zapato derecho muy bien, pero que el izquierdo no lo podía soportar". Mariano se dio cuenta entonces de que le había vendido dos del mismo pie. "El caso es que yo le veía el pie torcido y la pobre había estado con ellos en las procesiones", cuenta con una sonrisa.

Por la zapatería Cabrera también han pasado en este medio siglo algunos personajes famosos como el primer presentador de Un, dos, tres Kiko Legard. "Lo trajo el locutor Polito". Otra curiosidad que recuerda Mariano es que la actriz Virna Lisi llevó unos zapatos comprados en Cabrera durante su boda con Alain Delon en la ermita del Espíritu Santo en la película El tulipán negro .

Mariano dice que se marcha con cierta nostalgia. Deja amigos entre sus clientes y entre los representantes a los que desde hace años compra el género. "Tengo una relación con ellos de familia porque han sido muchos años. Aunque me han prometido que cuando vengan me llamarán por teléfono para tomarnos un copita".

Cuenta que ahora se dedicará a llevar a sus cinco nietos al colegio, a la pesca y a caminar. "Hace cuatro años me dio un infarto y el médico me ha dicho que tengo que andar mucho". También podrá pasar más tiempo con su mujer y sus dos hijos.

Y, a partir de ahora, ¿dónde comprará sus zapatos?: "Tengo amigos que tienen zapaterías y espero que mis amigos representantes me regalen algún par porque da la casualidad de que tengo el número de muestra".