El debate sobre la permisividad para celebrar botellones en el casco antiguo durante el Womad subió ayer de tono. La asociación Ciudad Monumental, por boca de su presidente Luis García, exigió al gobierno municipal que explique por qué ha "autorizado" el consumo de alcohol en el recinto intramuros durante el pasado fin de semana y puso como ejemplo Santa María, donde no se han celebrado conciertos.

Este portavoz, que calificó de "vergonzoso" este hecho, se preguntó también "qué plan de evacuación había para las dos mil, tres mil personas de botellón el viernes a las cinco de la mañana en la plaza Mayor y Santa María". Además, pidió una explicación de "por qué el sábado, que no había Womad, se siguió permitiendo beber" y se preguntó "si esto significa que a partir de ahora todos los fines de semana se va a poder volver a beber en la plaza los sábados".

Asimismo, criticó que el número de policías fuera "claramente insuficiente" y apuntó que, tras recabar información de los vecinos, "nadie vio a un policía en la zona intramuros durante todo el fin de semana, excepto a las seis de mañana cuando entraron los antidisturbios a desalojar Santa María. Para eso sí había policía, pero no para evitar que todas las calles adyacentes se convirtieran en urinarios públicos". García preguntó también "si en el próximo Womad se va a permitir beber para saber a quién vamos a votar".

Por su parte, el gobierno municipal emplazó ayer a este diario a que fuera el superintendente de la policía local, César García González, quien ofreciera una explicación. Respondió que el dispositivo estuvo dirigido "a la prevención de incidentes" y destacó que el fin de semana "fue mejor que cualquier otro por la ausencia de incidentes".

El mando policial apuntó también que intentar prohibir el botellón "habría generado un mal mayor" y que "haber metido un montón de policías en el festival habría supuesto cargarnos su espíritu". García González añadió que "comprendía" las quejas de los vecinos de la parte antigua, pero apuntó que el Womad "afortunadamente es algo puntual e inusual" a diferencia de las molestias para los de La Madrila, "que son habituales". Concluyó diciendo que "no se puede responsabilizar al ayuntamiento" de las consecuencias y que es una cuestión de "educación cívica". "No se puede poner un policía detrás de cada joven", dijo.

Por su parte, Rosser Gruart, presidenta de la asociación Zona Centro, que engloba a la plaza Mayor y calles adyacentes, también opinó que "no se trata de que el ayuntamiento sea permisivo sino de un problema educacional" de los jóvenes. Aseguró que "había habido muy poca presencia policial" y, ante las críticas vecinales al botellón , declaró que "no puede pedir explicaciones al ayuntamiento de algo que está permitido hace un montón de años".