Los cacereños volvieron ayer a cumplir, y de qué manera, con la Virgen de la Montaña, a la que recibieron en masa en la tradicional procesión de bajada que reunió solo en Fuente Concejo a más de 12.000 personas, según cálculos de la policía local. Una espléndida tarde acompañó a la patrona de Cáceres en un desfile multitudinario que este año presidió el nuncio apostólico de Su Santidad el Papa, monseñor Manuel Monteiro de Castro, de visita oficial a la capital cacereña.

La Virgen salió de su santuario a las 18.30. La junta de gobierno de la cofradía --que este año estrena mandato-- llevaba allí desde mediodía, comieron los tradicionales huevos fritos con chorizo en el restaurante, y a las 17.30, todos ellos, junto a los hermanos de carga, ya estaban en el templo. En presencia del capellán de la cofradía, Florentino Muñoz, se cantó una Salve. El vicehermano mayor, Antonio Fernández-Borrella, organizó los turnos de carga con el reparto de planillos y empezó la procesión.

Abría el desfile el estandarte pequeño de la Real Cofradía (el que se usaba hasta hace tres años para abrir el cortejo), le seguía el estandarte que Cáceres regaló a la Montaña en 2006 coincidiendo con el centenario de la declaración de su patronazgo canónico sobre la ciudad. Confeccionado por María Jesús Trejo, es blanco, ribeteado en bordados de oro, con una imagen de la Virgen en el centro sobre la que puede leerse su título teológico de Madre de la Divina Gracia .

A continuación, miembros de la Real Asociación de Caballeros de Santa María de Guadalupe --que portaban por vez primera su bandera-- caminaban junto a montehermoseñas, mantillas y más de 60 niños que, igual que el resto de hermanos, desfilaban con túnica azul cielo, capelina, guantes y cinturón blancos, y zapato negro. Les seguía Fernando Galán, hermano activo de carga que, también por primera vez, portaba la réplica del pendón de San Jorge, símbolo de la reconquista de Cáceres por las tropas de Alfonso IX de León y cuyo original, datado en el siglo XIII, permanece celosamente custodiado en el ayuntamiento.

La Virgen, que ya cuenta con 122 mantos, fue de nuevo vestida por la camarera Pilar Murillo. Lucía --como siempre en esta ocasión-- el manto de la ciudad, de estilo renacimiento, hecho de tisú de plata fina, bordado a mano con oro fino de alto relieve, regalo de los cacereños con motivo de las bodas de plata de la coronación canónica, el 12 de octubre de 1949. Sobre su sien portaba la corona de campanitas, recreación de la Virgen con el Niño, de estilo rococó en plata sobredorada y datada a mediados del XVIII.

CUATRO TURNOS La cofradía dispuso, como es preceptivo, cuatro turnos de 30 hermanos (con sus correspondientes jefe y subjefe de paso), que componen los 120 totales. Por primera vez los cambios de turnos se señalaron con rayas azules en el suelo. Los hermanos cargaron estoicamente con los 1.500 kilos de peso de las andas de plata --sobre las que se coloca a la Montaña--. Fueron adquiridas en los 60 en un taller sevillano y restauradas en 1999. Su crestería es una réplica del palacio de los Golfines de Abajo, tiene motivos de margaritas y flores de lis y lleva adosadas seis ánforas, todas ellas decoradas ayer por las camareras de ornato, Pilar Campos Duque y Martina Garrosa Moreno, y por la propietaria de la floristería L´Addolorata, Lola Fresno, a base de claveles y gladiolos en colores naranja, salmón y blanco. Ayer, encima de las andas lucía la vara de mando con un crespón negro del hermano mayor José María Belloso Solana, fallecido el 12 de abril.

En el tramo del Calvario al Amparo, conocido como el del pueblo, fueron los devotos --puede haber hasta 50, especialmente mujeres-- quienes portaron la talla. Ya en el Amparo, la cofradía titular de esa ermita, como es tradicional, hizo entrega a la Virgen de un ramo de flores, honor que este año ha recaído en María Antonia Muriel, mayordoma de la Cofradía de la Vera Cruz.

A la llegada de la talla a San Marquino se incorporó por vez primera la figura del speaker o mantenedor, en la persona del periodista Florencio Bañeza, cuyo torrente de voz relató el acontecimiento. Sus palabras pudieron escucharse merced a la megafonía que, también por vez primera, instaló en Concejo la junta de gobierno de la cofradía.

Allí, la alcaldesa --con chaqueta y vestido blanco y negro--, entregó el bastón de mando de la ciudad (de madera, con pomo de oro, cordón y borlas de hilo de oro), que simboliza el título de alcaldesa honoraria que la Montaña ostenta en el novenario. El hermano cofrade y técnico municipal, Rafael Valiente, se encargó como realiza desde hace 25 años de la colocación del bastón y de un ramo de margaritas blancas.

Monteiro de Castro --séptimo emisario de la diplomacia vaticana que visita Cáceres-- recibió a la patrona con solideo, capa, mitra y báculo. También acudió el obispo, Francisco Cerro, vestido con traje coral morado y birrete --el de mayor solemnidad--. Les acompañaban miembros del cabildo, todos ellos con traje de coro.

Asistieron igualmente el presidente de la diputación, el subdelegado, el mayordomo de la cofradía, Joaquín Floriano Gómez, la flamante portavoz del PP, Elena Nevado (con falda y chaqueta beiges), el presidente de ese partido, José Antonio Monago, y el resto de autoridades civiles y mandos militares (el general de División Jesús Carlos Fernández Asensio, el coronel jefe del Cimov, Miguel Angel Gómez de Agüero, el teniente coronel de la Guardia Civil, Angel Giro, y el delegado de Defensa, Jesús Estacio, entre otros). En Concejo tanto el nuncio como el general de División recibieron medallas de la cofradía con la imagen de la Virgen previamente bendecidas por el obispo.

La policía local dispuso un turno de 17 agentes, según indicó el inspector Emeterio Corchado. La banda municipal de música, con 40 componentes, abría el cortejo y lo cerraba la provincial. Colaboraron voluntarios de DYA, ARA, Cruz Roja, y la Guardia Civil, hermana de honor de la cofradía desde el 6 de marzo de 1999, también tuvo representación. Además, se sumaron cuatro alumnos en prácticas de la Escuela de Avila del Cuerpo Nacional de Policía, que prestó vigilancia con seis agentes y un zeta, informó el comisario Luis Ochagavía.

A la procesión se unieron los guiadores, del grupo Las Llares, de Torreorgaz, que con sus cantos y bailes protagonizaron una antigua tradición eliminada y ahora rescatada por la cofradía. La escena del grupo para representar el guiador se componía de ocho niñas, un guiador --un niño-- y tres cantantes que utilizaron como único instrumento un pandero. El grupo realizó tres paradas: una en Fuente Concejo y dos en la plaza Mayor.

CALEROS Desde la entrada a Caleros, hermana de honor de la cofradía, hasta la plaza la brigada municipal de Parques y Jardines dispuso una alfombra de juncias y romero y en todo el recorrido se instalaron dos arcos hechos con palmeras, rosas rojas y amarillas, y celindas. En Caleros los hermanos bailaron a la Virgen al ritmo del Redoble. También mecieron la talla (con dos pasos a la izquierda delante y tres pasos atrás) en varios puntos del recorrido.

Los balcones lucían mantones, los vecinos lanzaban pétalos y, a la altura de la ermita del Vaquero, una veintena de miembros del grupo Alborada cantó Virgen Morenita . En Santiago, con repique de campanas, los scouts Sant Yago (a través de la niña Gristea Cerrudo), y la cofradía del Nazareno, representada por Enrique Harto, dedicaron una ofrenda a la Montaña (Begoña Acero, diputada de Cultos de la hermandad le entregó el ramo). Hubo oración en memoria de José María Belloso (también hermano mayor del Nazareno) y un recuerdo al 400 aniversario de la fundación de la tradicional cofradía cacereña. Después cantó la comparsa Sabor Mangurrino con Justo Méndez a la guitarra, y su presidenta, Teresa Martín, entregó un ramo de flores a la patrona.

En las Cuatro Esquinas, ocho tunos de Magisterio, Politécnica, Derecho, Veterinaria y Plasencia, junto al tenor Alonso Torres, interpretaron Cinta de mi capa . Ya en la plaza Mayor, la corporación municipal portó a la Montaña. Tras las palabras de la alcaldesa, el nuncio y el obispo, la talla llegó a Santa María. El novenario ha comenzado. La Montaña regresará a su santuario el próximo 3 de mayo.