Todos tensaron ayer un poco más la cuerda. El PSOE se deja querer por Cs, lo necesita para gobernar pero por la diferencia de concejales, 9 PSOE y 5 Cs, no le dará la alcaldía. El PP de Cáceres, con menos ediles, siete, se cierra en banda a un escenario con Cs en la alcaldía. Y Cs no tiene prisa, sí o sí estará en el gobierno y el tiempo juega a su favor al enfrentar al PP a la tesitura de ceder una de las dos alcaldías de las capitales de provincia o perder las dos.

El candidato del PP a la alcaldía, Rafael Mateos, mandó ayer un recado a todos, a los suyos y al resto, cuando dio a entender que no se prestará a un cambio de cromos entre el PP y Cs que suponga que la alcaldía de Cáceres vaya a Ciudadanos y la de Badajoz al PP.

«No tiene sentido que una capital de provincia la lidere la tercera fuerza», aseguró Mateos, en declaraciones recogidas por Europa Press al término de la junta local de gobierno celebrada ayer. Admitió que hay un órgano nacional de su partido, el comité para la gobernabilidad, que está coordinando los acuerdos a nivel municipal, pero a continuación añadió que no cree que haya un cambio de cromos y que desde la dirección de su partido en Madrid se le obligue a ello. Y aseguró que no se plantea otra opción que no sea la de un pacto de gobierno con Cs con el PP al frente de la alcaldía y con un respaldo externo de Vox para dar estabilidad al gobierno.

PP, con siete concejales, y Cs, con cinco, sumarían 12 en una corporación que tiene 25. En un gobierno de ambos se necesitaría un apoyo externo del concejal de Vox. El veto que Cs puso hace una semana, al asegurar que no se sentaría a negociar con Vox, saltó por los aires este fin de semana en Madrid, lo que permitiría en Cáceres un acuerdo a tres que hace una semana parecía inviable.

Las candidaturas locales del PSOE, con Luis Salaya al frente, y de Ciudadanos, con su candidato Francisco Alcántara, mantuvieron ayer un primer encuentro. Desde ambos partidos se aseguró que se habló de programa y de «un nuevo y mejor modelo de ciudad», aseguró Alcántara, que entregó a la candidatura socialista las 25 medidas para alcanzar un pacto de gobierno, las mismas que una semana antes presentó a la candidatura local del PP. Salaya consideró que muchas de las medidas propuestas son coincidentes con las recogidas por el PSOE en su programa, mientras que las que no lo son podrían «encajar bien» en un proyecto común de gobierno entre los dos partidos.

Salaya insistió en la estabilidad que se garantizaría en el ayuntamiento con un gobierno conformado por PSOE, con nueve concejales, y Cs, con cinco. La suma de catorce da mayoría absoluta.

De las veinticinco medidas --detalladas en el cuadro adjunto-- la más problemática es la propuesta de Cs de reducir impuestos, el PSOE se ha posicionado en contra las dos veces que se bajó el IBI en la legislatura. No obstante, Salaya insistió en que todas las acciones son asumibles. Estas veinticinco acciones se dividen en dos bloques. En el primero hay cuatro que se tienen que iniciar en la legislatura y que conforman el modelo de ciudad que propone Cs, entre éstas destaca el traslado de la estación de trenes para sacar las vías del casco urbano o alternativas al trasvase de Portaje. Salaya aseguró que ayer se comprometió «a pelear» ante otras administraciones, que están gobernadas por el PSOE, para que estos proyectos y otros, como el aeródromo o la autovía Cáceres-Badajoz, salgan adelante. En el segundo bloque están las veintiuna acciones que deben iniciarse y concluirse en la legislatura que empieza el sábado. Como novedad destaca que se construya un estadio municipal del fútbol.

Desde el PSOE se pidió ayer a Cs que el acuerdo sobre los pactos en las ciudades extremeñas lo adopte con independencia de las decisiones que se tomen a nivel nacional y «sin pasteleo de tres partidos políticos», en alusión a acuerdos con PP y Vox. Desde la dirección regional de Cs se aseguró ayer por la tarde que no tendrán prisa en decidir si firman un pacto de gobierno con el PSOE o con el PP.