Una actriz y bailarina de burlesque y cabaret vive en Cáceres tras regresar de estudiar un máster de Interpretación para Cine y Televisión en la Central de Cine de Madrid.

Marta Contreras, más conocida por Martuska, tiene 25 años, es cacereña y confiesa que «nunca he sido buena estudiante». Por ello, decidió estudiar algo «no convencional». Empezó por matricularse en el bachillerato de música, danza y artes escénicas del IES Al-Qázeres. Después, se adentró en la carrera de Arte Dramático de la Escuela Superior de Extremadura. Aunque, fue en el conservatorio Hermanos Berzosa, donde estudió flauta travesera desde los 10 años, cuando empezó a tomar conciencia de expresarse a través del arte, «afronté retos de subirme sola a los escenarios». Su recorrido musical le ha brindado poder tocar junto a Los Secretos en dos ocasiones y también con Jeanette.

Mientras estaba en la universidad vivía entre Cáceres y Madrid para formarse como actriz de burlesque y cabaret. Lugar donde continúa viajando espontáneamente para «coger técnicas». Gracias al burlesque ha hecho performance en teatros de Cáceres, Madrid y Badajoz.

Se dio cuenta del tesoro de ciudad que tiene cuando se fue. «El primer fin de semana que vine al entrar en Cáceres me puse a llorar», recuerda. Además, tras estar cuatro años estudiando en la parte antigua, «lo primero que hice al regresar fue pasear por allí». La ciudad «me gusta mucho para vivir, me veo aquí de mayor». Por otro lado, echa de menos «que los jóvenes se preocupen por la cultura y se expresen a través del arte». A pesar de que su trabajo no le permita quedarse, al no haber oportunidades, revela que le encantaría «trabajar en una compañía de aquí». Ahora, dice que su estado sentimental es: en busca de un representante. La actriz está a la espera de conocer si le han concedido una beca importante de la Nave del Duende que le puede ofrecer un escenario, 24 horas al día, durante una semana para exponer su obra, la que ella misma ha creado.

Le aconseja a los jóvenes no rendirse, «todo llega, tenemos que disfrutar lo que hacemos por pequeño que sea porque al final la meta la vamos a conseguir».

Martuska quiere a su ciudad, «si tengo la oportunidad de quedarme, lo haré». De momento, no sabe donde estará mañana, pero lo que tiene seguro es que será encima de las tablas, al más puro estilo burlesque, su pasión.