Juan José Alonso recuerda las carreras entre los puestos de turrones de la avenida de Portugal para llegar a las atracciones cuando era niño. No deja de pasar por las casetas y reivindica la feria en el recinto de la carretera de Mérida.

--¿Cómo vive la feria de San Fernando?

--A día de hoy, buscando tiempo libre para aparecer un poquito, y centrado en mis dos niños, que son los que ahora disfrutan la feria de una forma más intensa.

--La vive de forma diferente.

--Es que ya tenemos un poquito de edad. Buscamos el momento para salir, pero no puedes salir todos los días. Que no es que no quieras.

--¿Cómo era antes?

--Me gusta mucho la feria y además me gusta vivirla en el ferial. Esto de ´la feria de día´ que se ha puesto ahora de moda de tomar las cañas por la ciudad y luego ir a las casetas no va conmigo. A mí me gusta la feria allí, el ambiente y todo el polvillo que hay.

--¿Cuál es el sitio imprescindible?

--La caseta de andalucía. Asocio el tema sevillaneo a la feria y no me la salto nunca. De hecho la ruta con los amigos la empezamos allí. A partir de ahí, depende de las casetas que haya, empiezas con unas raciones y alguna botellita de manzanilla. Y lo que se aguante...

--¿Y cómo la vivía en su infancia?

--Cuando era niño había dos ferias aún, la se San Fernando y la de San Miguel. Recuerdo la cantidad de gente en los puestos de turrones y algodones en la avenida de Portugal. Yo quería pasarlos cuanto antes para llegar a la feria, ver la noria. Me escapaba corriendo. Cada año había una atracción nueva.

--¿Recuerda alguna especial?

--Recuerdo que me impactó la primera noria grande que vi. Estábamos acostumbrados a las norias de seis u ocho barquetas y de repente un año llegó una enorme. Recuerdo el miedo al principio.