Santiago Fernández Dominé y Juana Galeano Acedo eran de familia originaria de Italia y Portugal, que tuvieron que exiliar de sus países por motivos políticos hasta recalar en Cáceres. Santiago era dueño de una empresa de transportes, primero de coches de punto y luego de autobuses, y fue padre de 15 hijos, de los que sobrevivieron tres, Isabel , que se casó con Eduardo Quesada Acedo , que era curiosamente tío de ella, Román de la Cruz , que contrajo matrimonio con Antonia Acedo Ojalvo , y Manuel Fernández Galeano .

Con 15 años, Manuel se marchó de voluntario por el tercio carlista de Santa María de Guadalupe a la Guerra Civil Española del 36, lo asimilaron luego a las milicias nacionales y al terminar la contienda continuó en el servicio militar donde empezó a tener contacto con las máquinas de escribir.

Y es que para entonces ya se había percatado Manolo de la importancia que una máquina de escribir tenía en la sociedad de la época. En ese momento las mujeres ingresaban en la Sección Femenina, donde dos oficios podían aprender: hacer canastillas y costura o ser mecanógrafas. El ejemplo más directo lo tenía Manolo en su novia, Candela del Amo Brillo --hija de Luis del Amo Hernández , jefe de Obras del ayuntamiento, y Serafina Brillo Vivas , perteneciente a una familia de labradores-- a la que conoció con 14 años y quien tras aprender mecanografía se convirtió en la secretaria del gobernador civil de Cáceres.

Aunque jamás había tenido contacto con una máquina de escribir, Manolo se inscribió como mecánico en el servicio militar y su función era montar y desmontar aquellas máquinas. Pese a ser autodidacta, tanta destreza adquirió que se convirtió en un experto técnico, de modo que al volver a Cáceres y con un préstamo de 1.500 pesetas que le hizo la abuela de su novia, instaló su primer taller de máquinas de escribir en la calle San Antón, frente al Gran Teatro.

Poco después Manolo se casó con Candela en San Juan y con su eterna enamorada tuvo tres hijos: Matilde , Luis Manuel y María de la Cruz . Matilde contrajo matrimonio con Francisco Acedo Vela , hijo de Narciso Acedo Gil y de Vicenta Vela Rodríguez , una familia de empresarios muy conocidos en Cáceres con firmas como Comercial Vela Rey, Acedo y Vela, Nevasa o la Unión y el Fénix. Tuvieron dos hijos: Francisco y Manuel . Tras quedarse viuda, Matilde contrajo matrimonio con Diego Salgueiro Pereira , también viudo, técnico superior del Ministerio de Trabajo de Portugal.

Luis Manuel se casó con la emeritense Rafaela Aza Medina y tuvieron dos hijos: Luis Manuel y Sara . María de la Cruz contrajo matrimonio con el catedrático de Filosofía Constructiva Constantino González Quintana . Ella reside en Oviedo y tiene dos hijos: María de la Cruz y Gonzalo , fruto de un primer matrimonio declarado nulo.

En Moret

Las cosas le iban bien a Manolo Fernández, que reunió el dinero suficiente para trasladarse a Santa Apolonia, calle donde instaló su negocio. Como la empresa crecía, fue a a comienzos de los 60 cuando dio el gran salto. Un íntimo amigo suyo de Madrid, Luciano Menéndez , lo introdujo en los círculos de los Koplowitz y los Fierro y Manolo decidió implantarse en la calle Moret para levantar Mecano: la que se convirtió en una de las empresas más reconocidas de la ciudad.

Animado por Manuel López , padre de los López Perera , que luego fue alcalde de Cáceres, Manolo compró por 1 millón y medio de pesetas la casa de los Muriel en la calle Moret, donde durante años había estado la Cervecería Castaño, un bar de los años 20 con una escalera central maravillosa, que junto a Jamec y Avenida eran los tres grandes puntos de referencia de la capital. Manolo distribuyó el edificio de la siguiente manera: en la planta baja puso la tienda y el taller, la segunda la convirtió en residencia familiar, y la tercera la dedicó a locales comerciales y oficinas; precisamente allí abrieron los Morales su primera joyería cuando llegaron de Badajoz y el abogado Mateo Sánchez instaló su despacho.

Era entonces Moret centro neurálgico del comercio de la capital. Allí estaban los Sobrinos de Gabino Díez, la ferretería de Abad , o La Estila, una pastelería que llevaba la señora Estila , que era una mujer fantástica con aquellos borrachos maravillosos que volvían loco al más exquisito paladar.

También estaba en Moret la célebre taberna La Catalana, la Camisería Picado, la zapatería Martín, Siro Gay, Calzados Marta , que antes fue la tasca de Santiago , el Hotel Alvarez, los Figueroa , los Civantos , los Navarro (que eran de ropa infantil), Plásticos Jima, el supermercado de los Bravo , El Siglo, Retales Amado, Retales Manolo, la librería de Chelo , la farmacia de Primitivo Torres , Pepe Blanco , que tuvo allí su primera oficina de seguros, la Relojería Alvarez (que vendía las entradas para los toros), Mármoles Nieto, Los Marros (que era un bar donde hacían los mejores riñones al jerez de Cáceres), Zapatería Karpu, Peluquería Eva, la Banca Sánchez, Galvao , o Isabel La Cacharrina , una mujer que en el zaguán de su casa vendía unas bolas de chicharrón que eran de caerse para atrás.

Cerca de allí, en la calle José Antonio, 41, tenía su sastreria Manolo "El Cojo", que era un especialista en hacer uniformes a los militares del Cuartel Infanta Isabel o Argel 47, tenía un arte superior, y no veas cómo hacía los trajes.

En el barrio también estaba el estudio fotográfico de los Caldera, Pepe “Maleno” del bar Maleno, un clásico de la calle Moret, el bar Luciano, Manacor o el callista Teodoro Fernández.

En ese edén comercial de Moret crecía Mecano, que en los años 60 ya tenía extensión con delegados repartidos por toda Extremadura, una sucursal en Badajoz y casi 50 empleados. Pero la tienda de Cáceres era, sin duda, la referencia, una tienda rompedora con cuadros de Narbón y un fascinante mural de Amador Pulido .

Amante de los espacios abiertos, Manolo Fernández implantó en su Mecano oficinas paisaje, con zonas libres, diáfanas, una puerta ancha, una fachada con dos escaparates: toda una obra de remodelación de una casa del siglo XVIII que tuvo que sanearse de humedades porque bajo ella corría Ríos Verdes.

Muy avanzado a su época, en Mecano no había mostrador sino una mesa con dos sillas en las que se atendía con amabilidad al cliente, que nunca pagaba en metálico porque eran años en los que a diario se escuchaba esta pregunta: "Manolo, ¿cómo te lo puedo pagar?". Y Manolo respondía: "Como tú quieras". A Manolo se le daba muy bien vender ideas, de modo que si una Olimpya te costaba 11.000 pesetas, el cliente pagaba, por ejemplo, algo menos de 1.000 pesetas al mes, y a cambio y sin intereses, Manolo te regalaba un curso de mecanografía con manual incorporado, o aceptaba --cual actual Plan Renove-- tu máquina de escribir antigua, con lo que se hizo de una magnífica colección, con ejemplares datados --los más antiguos-- en el año 1800.

La reforma

A comienzos de los 70 Manolo acometió la segunda reforma de Mecano, la familia trasladó su residencia a Cánovas y en la primera planta del edificio de Moret abrió una sala de exposiciones y también montó una sección de Decoración. Por Mecano pasó todo Cáceres y Mecano dio a Cáceres muchos puestos de trabajo. Allí estuvieron Luis del Amo , Paco Quesada , Isidoro y Ramón del Amo , Manolo Mangut , que entró en el taller de San Antón y permaneció en la tienda hasta su jubilación, Luis Ordiales , Miguel Alvarez , dueño de Maconsa, Pepe Alamillo , Víctor Casares 'el Aspirina' , que era conductor de Manolo, Julio Ramón Ortiz , hermano de Luis el de Copy Caty y que se dedicaba al área comercial, Pepe Lancho y Pedro Cabezón , que eran los contables, y la inolvidable Eugenia Prieto , que se ocupaba de las labores de intendencia y del cuerpo de la casa.

A finales de los 70, Manolo comienza a tener problemas de corazón y es su yerno, Francisco Acedo, quien toma las riendas del negocio. Acedo participó en la fundación de la CEOE y la Cepyme, amigo de Rodríguez Sahagún , también participó en la creación de la FEC y fue miembro de la Cámara de Comercio. Paralelamente, la familia sigue expandiendo sus negocios, se crea Ropa Boutique en Cánovas, las perfumerías Spejo, el taller mecánico Motor, la Mutua General de Seguros y hasta Manolo hizo sus pinitos en la construcción tras asociarse con Clemente Sánchez .

En 1980, con los 58 años cumplidos, Manolo Fernández muere de un infarto. Hasta el 92 suceden dos cosas, el declive de la zona comercial de Moret y la aparición de la informática, lo que implica, en 1992, la desaparición del negocio y su transformación en Liberty, una cafetería restaurante con proyecto de Curro Serrano y Miguel Casero . Tras el fallecimiento de Francisco Acedo, la familia decide vender la casa.

Hoy aquella casa es el restaurante El Corregidor, pero Cáceres no olvida que allí estuvo Mecano, con sus Olimpya y sus Olivetti, un diáfano paisaje en el que Manolo Fernández Galeano dio vida a Mecano: el imperio cacereño de las máquinas de escribir.