Un día vendió su casa en Oviedo, se subió a la moto y comenzó a recorrer España arreglando órganos, una de las grandes pasiones de Jorge Méndez (Vitoria, 1968), músico sinfónico autor de más de 400 obras compuestas para órgano, coro y guitarra, que ha publicado 40 discos a lo largo de su trayectoria musical.

Ahora está en Extremadura, aprovechando que pasó por A Coruña y Zamora. De los instrumentos extremeños que ha conocido en la región ha sido el de Garganta la Olla el que más le ha impresionado, un tesoro del barroco de gran belleza que conserva muchos elementos originales y que está en la iglesia de San Lorenzo.

También ha estado en la catedral de Plasencia, que «cuenta con un órgano bastante deteriorado», que fue construido por fray Domingo Aguirre, por encargo del también franciscano, José Ximénez Samaniego, obispo de Plasencia a finales del XVII, vista la precaria situación en que estaban los existentes, trasladados de la catedral vieja en 1600.

Igualmente ha visitado el de la concatedral de Santa María de Cáceres, «que está medianamente bien. Es barroco y tras una trasformación se modernizó demasiado», explica Méndez. Está situado en la tribuna, a los pies de la nave central. Fue fabricado en 1703 por Manuel de la Viña y fue reformado en 1973 por la empresa Orgamusik. Este instrumento en la actualidad cuenta con 27 registros sonantes en dos teclados y pedal.

Su periplo lo ha llevado igualmente a Pasarón de la Vera. El que no ha podido visitar es el de Garrovillas: «Me lo han estado gestionando pero no ha sido posible», cuenta el músico. Su próximo destino será Trujillo y Serradilla, localidad cacereña esta última que cuenta con una pieza de las Agustinas Recoletas.

«Mi trabajo es fundamentalmente el de compositor. Durante años estuve arreglando todos los órganos de Asturias y ofreciendo conciertos», apunta Méndez. «Hay veces que estos instrumentos tienen problemas de afinación o hay que realizar ajustes de válvulas. Cada uno es distinto, no hay dos órganos iguales».

Jorge Méndez ha visto decenas de ellos. Entre los que más le han impresionado destacan el de la catedral de Tarragona, restaurado en 2018. Su caja histórica fue realizada entre 1562 y 1566 por Jeroni Sanxo con la colaboración de Perris Ostris, junto a la obra pictórica llevada a cabo por el piamontés Pietro Paolo da Montalbergo. Constituye una de las obras capitales del Renacimiento manierista en Cataluña.

El otro es el de la catedral de Pamplona, que fue construido en 1946 por Organería Española. Se trata de un órgano eléctrico que consta de tres teclados, 34 juegos y cientos de tubos, lo que lo convierte en el mayor de Navarra. Es de caja moderna, aunque conserva algunos de los tubos del órgano anterior barroco-romántico,? que fue construido en 1607. Jorge Méndez reclama atención a estas joyas porque, según advierte, «son un patrimonio olvidado que no se cuida».