Si hay una fortaleza que Cáceres puede aportar a su candidatura para acoger la base logística del Ejército, sin duda, se halla en décadas de un marcado arraigo militar. La ciudad alberga desde hace ya medio siglo uno de los mayores centros de formación de tropa en el país --junto con el de Cádiz--, que durante décadas se convirtió además en uno de los motores económicos para la capital cacereña. Ahora conocido como Cefot --antes Cimov y CIR--, el acuartelamiento de Santa Ana abrió sus puertas el 8 de diciembre de 1964, día de la Purísima, patrona de Infantería. El antecesor de la presencia militar en la ciudad hasta el momento había sido el Regimiento de Infantería Argel, fundado en 1694 como tercio provincial nuevo de Segovia, que en 1931 pasa a denominarse Regimiento de Infantería número 21, en abril de 1936 cambia su número a 27 y cuatro años antes de la creación del actual Cefot pasó a llamarse Regimiento de Ametralladoras Argel -en el Palacio de las Cigüeñas, edificio propiedad de la Subdelegación de Defensa, se conservan expuestos recuerdos de su legado--.

Ya desde su creación alcanzó un gran rendimiento. En sus primeros años, en 1966, recibió caras conocidas como la del entonces alférez Felipe González. Tres años después se produjo la primera jura de bandera multitudinaria con hasta 7.000 familiares en las gradas. A tal nivel llegó su actividad que a principios de los 70 se produjo su primera ampliación con más pabellones. En 1975 el acuartelamiento superó cifras de 1.200 cartas y más de un centenar de paquetes diarios y en 1977 el entonces rey, ahora emérito, Juan Carlos y Doña Sofía visitaron la base.

Según las cifras que maneja la Federación Empresarial Cacereña, el Cefot ha llegado a generar unos ingresos superiores a los 9 millones de euros anuales y ha llegado a tener más de 500 empleados entre civiles y militares. La última década sin embargo vivió una etapa convulsa en la que se barajó su cierre. En 2012 paralizó la actividad pero un año después, tras una movilización ciudadana para garantizar su continuidad, volvió a recibir aspirantes a soldados. Desde entonces ha mantenido una media de un millar de aspirantes a soldado al año. Es en los últimos años cuando ha superado esas cifras y recupera números de su época dorada.

Esta pasada semana se incorporó el primer turno de un ciclo de 1.400 soldados que se recibirán formación en el acuartelamiento durante los próximos meses. En estos dos últimos años, debido a la pandemia del coronavirus, el centro ha tenido que adaptarse para evitar los contagios y se divide entre enseñanza presencial y virtual. En cualquier caso, no baja el ritmo y se mantiene como principal industria de la capital.