Si los diplomáticos cantaran seguramente no habría guerras porque cantar es algo así como un sacerdocio que te dota de un poder eterno para llevar la vida con alegría, superar mejor los baches o para hacer un poco más felices a cuantos tienes a tu alrededor en este mundo loco por los refugiados, la crisis de Cataluña o la falta de soluciones a la pobreza, los recortes, el llegar a fin de mes... Christian Gajón canta, lo hace a todas horas, y su música es vitamina para el alma, sonrisa para la cara, reúne todas esas cualidades que ha de tener un cantante, incluso el hormigueo en el estómago cuando pisar el escenario está a la vuelta de la esquina.

«Es la primera vez que voy a actuar en Cáceres, debuto y estoy muy emocionado por ser la ciudad en la que vivo y en la que trabajo», asegura este también reconocido profesional de la alta peluquería en Extremadura, que junto a su grupo Alma del sur estará el próximo jueves (21.30 horas) en el gastrobar Cataleya (Doctor Fleming, 8, Madrila Alta).

Christian Gajón canta desde que era pequeño, y lo hace con estilo y con pasión. Su familia recuerda que de chico, en los años en que hacía sus primeros pinitos en el coro del Colegio Virgen de Guadalupe de Badajoz, se pasaba el día tarareando. Luego ha estado en dos orquestas, ha participado en numerosos concursos con excelentes resultados y ahora muestra lo mejor de sí junto a Israel, un crack de cantaor de Marbella, y ‘El Chino’, que es otro artistazo de la guitarra en la siempre luminosa Málaga.

El proyecto de Cataleya es muy bonito, una salida para los locales de Cáceres dispuestos al maridaje entre el ocio y la cultura. Se llama ‘Cenas con encanto’, de manera que el espectador al tiempo que disfruta de exquisitas viandas llena sus oídos de armonía. En este caso se trata de un repertorio de 15 canciones, a cuál más maravillosa: ‘Noches de bohemia’, ‘Pedacitos de ti’, ‘Mi marciana’ y ‘Adoro’, que oír cantar ‘Adoro’ a Christian Gajón con tanto arte y tanta sabiduría es, sin duda, un pedazo de regalo.

«Me gusta cantar lo que siento», confiesa. Y cita entonces a sus incondicionales: Miguel Poveda, Manuel Carrasco, Niña Pastori o Manuel Lombo (por cierto, qué espectacular Lombo por bulerías en ‘Se nos rompió el amor’ de la Jurado). «El directo es lo más emocionante del mundo porque soy yo mismo al cien por cien», confiesa Christian durante esta entrevista mientras en la peluquería Belleza Absoluta empiezan a salir de su garganta los primeros acordes y sus compañeros danzan al compás de la melodía, y una ola de secadores de mano se convierte en la más bella de las reboleras.

«Cuando yo canto los que me escuchan sienten. Y lloran porque se dan cuenta de que todavía son capaces de sentir. A pesar de los males del mundo». Lo dijo la inefable Chavela Vargas. El jueves, de la mano de Alma del sur, podrán comprobarlo en Cataleya.