Luengo es dueño de una vaquería en una huerta que compró su padre en los años 50. Al menos en principio, él no se vería afectado por la posible construcción del parque que tenía proyectado el ayuntamiento, porque sus tierras quedan al otro lado de la avenida de la Universidad (la carretera de Trujillo), junto a la urbanización Las Candelas. Pero le gustaría ver como se rehabilita toda la zona de la Ribera del Marco.

"Aquí se podrían hacer cosas muy bonitas", dice convencido. Y propone que "se podrían preparar los huertos bien preparados y la gente mayor que se está viniendo podría cultivarlos". Y añade que esos mismos huertos "podrían servir también para los colegios, para que los niños vean de dónde sale la leche. Porque si no, van a acabar pensando que sale de los tetra brik", apostilla en tono de humor.

En su huerta, Luengo siembra algunas hortalizas y forraje para sus vacas. Y respecto a la posibilidad de que el ayuntamiento actúe de una vez en la zona, afirma muy gráficamente "yo prefiero tener un huerto o un jardín a un zarzal, pero hay que hacer las cosas bien, no como han hecho con los colectores".